Asesinado el delegado de la Telefónica en Guipúzcoa
José Manuel García Cordero, delegado provincial de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), fue secuestrado ayer por un grupo de desconocidos, que posteriormente abandonaron su cadáver en un monte próximo al barrio donde residía. García Cordero había salido de su domicilio, en el número 3 de la avenida de Ategorrieta, del barrio donostiarra de Gros, a las siete y media de la mañana, como cada día, para dirigirse a las oficinas de la Telefónica en Amara, donde debía mantener una reunión con sus colaboradores más próximos. El retraso del delegado provincial movió a éstos a telefonear a su domicilio, donde se les informó que había salido a la hora habitual.
Una llamada telefónica a la redacción de Bilbao del diario Egin anunció, a las 8.45, que el cadáver de la persona desaparecida se encontraba en el monte Ulia.Efectivamente, la primera dotación policial enviada al lugar localizó su automóvil, un Seat 13 1, de color beis, matrícula SS-96444, aparcado en la avenida de Navarra, al pie del monte. La policía, con numerosos efectivos, rastreó la zona sin descubrir ninguna pista, mientras personal especializado trataba de encontrar en el automóvil algún indicio que permitiera descubrir circunstancias esclarecedoras.
La noticia de que aún no se había descubierto el cadáver, difundida sobre las 13.00 horas por los servicios informativos de ámbito vasco de varias emisoras de radio, indujo a los autores del atentado a efectuar quince minutos después una nueva llamada a la redacción bilbaína de Egin, precisando el lugar exacto donde se encontraba el cuerpo sin vida de García Cordero. Siguiendo estas indicaciones, la policía localizó el cadáver a las 14.30, en un paraje rodeado de pinos, al final de un camino que parte de los restaurantes que existen en la zona. El directivo de la Telefónica había recibido un balazo en la sien. En el mismo lugar se recogió un casquillo de bala de 7,65 milímetros.
Según todos los indicios, García Cordero fue sorprendido por los autores del atentado al abandonar el portal de su domicilio y obligado a subir a su propio automóvil para dirigirse a la avenida donde luego apareció el vehículo.
El delegado provincial de la Telefónica había nacido en San Sebastián, contaba 53 años, estaba casado y tenía siete hijos. Había ingresado en la Telefónica hace treinta años, como operador técnico, en Tolosa. Compañeros y colaboradores destacaron su incesante dedicación al trabajo, que le permitió acceder desde el escalón más bajo de la Compañía hasta la delegación provincial.
Aunque ninguna organización se ha responsabilizado del atentado, se especula con la posibilidad de que antes de asesinarle los secuestradores hubieran tratado de obtener información en torno a los supuestos servicios de escucha telefónica a personas sospechosas que están relacionadas con actividades violentas. Medios próximos a la CTNE, sin embargo, señalaron que «no sabemos nada de este tema, que corresponderá, en todo caso, al Ministerio del Interior o a la policía».
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