Estados Unidos, cada vez más cerca del régimen de Teherán

Mientras se multiplican las declaraciones oficiales norteamericanas favorables a Irán, en su enfrentamiento con Irak, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúne esta noche para estudiar la posibilidad de un fin negociado al conflicto.En su deseo de recuperar antes de las elecciones del día 4 a los 52 rehenes, es posible que el representante de Estados Unidos opte en esta reunión por mostrar abiertamente sus simpatías hacia el régimen iraní. En un gesto claramente electoralista, el presidente Jimmy Carter subrayó el martes que los rehenes norteamericanos habían sido secuestrados, hace casi un año, por «terroristas» y no por el Gobierno iraní. Días antes, el candidato demócrata ya se había pronunciado a favor de la integridad territorial de Irán.

En un comunicado oficial, el Departamento de Estado mostró ayer su oposición a cualquier tipo de anexión territorial como consecuencia de la guerra irano-iraquí. El propio secretario de Estado, Edmund Muskie, ya se ha referido públicamente al hecho de que «la integridad de Irán se ve amenazada por la invasión iraquí».

«Si los iraníes deshacen lo hecho, nosotros haremos lo propio», prometió ayer Muskie. Es decir, si los rehenes son devueltos a Estados Unidos, inmediatamente se retirarán las sanciones impuestas en enero al régimen iraní, empezando por el desbloqueo de Las cuentas bancarias; y se entregará al Ejército iraní el equipo militar que, por valor de cuatrocientos millones de dólares (29.600 millones de pesetas), habla sido ya abonado por el régimen del sha.

En total, Estados Unidos retiene en su haber 8.000 millones de dólares (592.000 millones de pesetas).

De hecho, su devolución encierra graves problemas legales, según David Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank. Más de doscientas empresas norteamericanas han entablado acciones judiciales contra Irán que afectan a 5.000 de los 8.000 millones de dólares. Estas sociedades pretenden recuperar las pérdidas que les han ocasionado las nacionalizaciones o rupturas de contratos llevadas a cabo por el Gobierno iraní.

La devolución de los bienes iraníes es una de las cuatro condiciones que impuso, el 12 de septiembre, el ayatollah Jomeini para la liberación de los rehenes. Las otras tres consisten en: garantías de no intervención, retirada de todas las demandas presentadas por Estados Unidos contra Irán y devolución de los bienes pertenecientes al sha.

Por el momento, la postura norteamericana hace gala de grandes dosis de prudencia. Desde el fracaso de la operación de rescate del pasado 25 de abril, las autoridades norteamericanas juegan la carta diplomática de la discreción, a fin de convencer a Irán de que la liberación de los rehenes favorecería, ante todo, al propio régimen de Teherán, permitiéndole salir del aislamiento en que se encuentra.