Se cumple un mes del secuestro del industrial Pedro Abréu
La familia de Pedro Abréu negó ayer de nuevo que existan negociaciones o contactos de cualquier tipo con los secuestradores del millonario cubano, cuando se cumple un mes de su captura en la villa Uri Berri, donde reside habitualmente durante sus estancias en Orlo. Por otra parte, la esposa de Abréu, Goretti Amilibia, regresó ayer de Madrid, donde se entrevistó con la madre de su marido, llegada expresamente desde su residencia de Nueva York.
Mientras tanto, los datos esenciales del caso continúan siendo desconocidos por los medios informativos, por la policía y, de creer sus declaraciones, por la propia familia de la víctima. La única comunicación recibida por la familia es una breve carta manuscrita de Abréu, con dos palabras censuradas, en la que éste daba cuenta de su buen, estado de salud.Se ignora, por tanto, quiénes son los secuestradores y lo que pretenden a cambio de la libertad de su rehén. El único indicio que permitió entrever fuentes próximas a los responsables de la investigación apuntaba a ETA Político-militar. Esta organización se hizo responsable del secuestro, en una llamada telefónica a la redacción de un diario de Bilbao, pero horas después otra llamada a una emisora de radio lo desmentía. En todo caso, el paralelismo con el secuestro del catalán Jesús Serra, canjeado por la citada organización a cambio de una fuerte suma de dinero, después de un prolongado cuativerio del que los político-militares de ETA tampoco se han reconocido responsables oficialmente, se estableció desde el primer momento y no ha hecho más que aumentar a medida que pasaban los días.
La hipótesis que cobra mayor verosimilitud, después de un mes de silencio oficial, es que el propio Abréu, desde el lugar de su cautiverio está siendo obligado a negociar la suma del rescate y a dirigir la operación para trasladar los fondos.
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