La pacificación es la principal preocupación del gobernador general del País Vasco
Los gobernadores generales del País Vasco y Cataluña, Marcelino Oreja y Josep Meliá, respectivamente, juraron ayer sus cargos ante el presidente del Gobierno y cumplimentaron después al Rey. Finalizadas ambas ceremonias, Marcelino Oreja marchó a Vitoria, para iniciar inmediatamente las actividades propias de su cargo. Las primeras palabras del gobernador de Euskadi han ido en el sentido de expresar su preocupación por la forma de pacificar el País Vasco y de restar importancia a la denominación de su cargo que para el Gobierno autónomo tiene «connotaciones colonialistas».
«Tenemos que lograr la pacificación y la convivencia en el País Vasco. Es una tarea que a todos incumbe: a las fuerzas políticas, a los parlamentarios y a los hombres de esta tierra que quieren la paz y el bienestar», declaró Marcelino Oreja a su llegada a Vitoria, horas después de haber jurado en el palacio de la Moncloa su cargo como gobernador general del País Vasco. Minutos después, y como primer acto oficial en Euskadi, acudió a la sede de Presidencia del Gobierno vasco para cumplimentar a Carlos Garaikoetxea, con quien mantuvo una entrevista que calificó como «más allá de la mera cortesía».El Mystère en el que viajaba Marcelino Oreja llegó, pasada la una de la tarde, al aeropuerto de Foronda-Vitoria, en el que se había montado un impresionante dispositivo de seguridad, incluido un helicóptero de la Guardia Civil. Minutos antes de que el gobernador llegara al palacio de Ajuria-Enea, el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, comentaba el significado de la presencia en la comunidad autónoma vasca de un delegado especial: «Se trata de un simple cumplimiento de la previsión constitucional y estatutaria. Va a permanecer aquí, aunque con funciones decrecientes a medida que la comunidad autónoma vasca vaya asumiendo el ejercicio de las competencias que le corresponden por el Estatuto».
Expuso el lendakari su convicción de que el traslado de centros de decisión de poder de la Administración a Euskadi facilitará la comunicación y las relaciones entre los Ejecutivos vasco y español. «Todo lo que sea facilitar la comunicación es siempre un factor positivo. Si a ello se añade que el delegado del Gobierno es una persona de las características políticas y humanas de Marcelino Oreja, la comunicación va a ser más; fácil, y, por consiguiente, espero que los resultados sean más felices».
Marcelino Oreja llegó a la una y cuarto de la tarde al palacio de Ajuria-Enea. Tras la entrevista, de algo más de una hora, con el lendakari, el delegado especial del Gobierno hizo unas, declaraciones, en el sentido de que «la presencia aquí de un representante del Gobierno puede facilitar las cosas para que no haya que ir siempre necesariamente a Madrid, sino que también puedan resolverse aquí temas que afectan a la Administración.
Se le indicó a Oreja que tina hora antes, en la habitual conferencia de Prensa semanal, el portavoz del Gobierno vasco había comunicado el sentir de éste al considerar como «poco afortunada» la denominación del cargo que ocupa como gobernador general del País Vasco, al margen de sus funciones. «Para nosotros», había dicho el portavoz del Gobierno vasco, «la titulación del cargo tiene connotaciones colonialistas».
Marcelino Oreja, que durante la improvisada conferencia de Prensa utilizó siempre la acepción «delegado del Gobierno» para denominar su cargo, descartó cualquier tipo de connotaciones en la calificación del mismo y señaló al respecto que «el alcance que tiene el cargo se reduce a las funciones que voy a desempeñar, que están especificadas en un decreto aprobado por el Consejo de Ministros que pretende desarrollar las dos funciones antes apuntadas. Eso es lo importante. Me parece en cierta medida episódico referirnos a este aspecto en un momento tan dramático como vive este país, con problemas tan profundos».
Caminos para la pacificación
Contribuir al logro de una convivencia pacífica en Euskadi es preocupación fundamental para el delegado del Gobierno. «Para lograr la pacificación», señaló, «no basta ni la Administración central ni las instituciones autónomas. Es necesaria la participación y la contribución de todos, conscientes de que se tiene que hacer frente a la tensión que existe en el País Vasco como consecuencia de la implantación de un terrorismo brutal. Unicamente la convivencia pacífica puede contribuir a solucionar los graves problemas que tiene planteados en este momento el País Vasco, y fundamentalmente, la crisis económica. Hay que restaurar la confianza y la convivencia. Restaurando la paz conseguiremos el bienestar que queremos».Indicó, asimismo, Marcelino Oreja que tras el cese del general Sáenz de Santamaría y su nombramiento como delegado del Gobierno en la comunidad autónoma vasca, él asumía la plenitud de las funciones encomendadas al Gobierno y a la Administración en la misma. «En este momento se produce un proceso de desarrollo de las disposiciones generales. Por ello será necesario llegar a una puntualización en los temas referidos al control del orden público y de las fuerzas de seguridad del Estado».
Posteriormente, en el acto celebrado en Vitoria con motivo de su incorporación al cargo, Marcelino Oreja afirmó que «Administración central y comunidad autónoma deben asumir cada una su cuota de responsabilidad, conscientes una y otra de que están construyendo un mismo proyecto, y no dos proyectos distintos», y dejó claro que su presencia en Euskadi como delegado del Gobierno «es, por otra parte, un mentís rotundo a esos rumores u opiniones sobre una práctica abandonista del Gobierno español en el País Vasco».
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