Jura el nuevo Gobierno de Italia, encabezado por el democristiano Forlani
El nuevo Gobierno italiano, que prestó juramento ayer tarde ante el presidente de la República, Sandro Pertini, llevará el nombre de Forlani I. porque es el primer Gabinete formado por el inteligente líder democristiano, hasta ayer presidente del partido y en ese cargo sucesor de Aldo Moro. Es el 40º Gobierno de la República y podría ser uno de los más estables de los últimos tiempos.
La primera característica de este nuevo Gobierno ha sido la rapidez en su formación. Por primera vez en un país donde formar Gobierno es una epopeya, todo ha resultado como una balsa de aceite. Sólo en las últimas horas de la noche del viernes se enturbiaron las aguas con dos episodios que estuvieron a punto de echar por tierra lo conseguido: el primero fue el veto de la Democracia Cristiana al republicano Visentini, técnico de gran prestigio, para la Cartera del Tesoro, y el segundo, el «no» de Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista, a la entrada del ala izquierda de su partido en el Gobierno. El hecho resultaba grave porque, esta vez, la izquierda socialista, que se había mostrado siempre reacia a formar parte de un gobierno «sin los comunistas», había aceptado finalmente. Pero Craxi les había ofrecido sólo el Ministerio de la Sanidad, que está en manos de un socialista.La importancia de este Gobierno respecto al anterior de Cossiga es que, esta vez, ha entrado toda la izquierda democristiana de Zaccagnini y Andreotti, que se habían negado la vez anterior a participar después de la ruptura del último Congreso, donde salió derrotado Zaccagnini.
En esta ocasión, seis de los ministros son de la izquierda, que había perdido el Congreso, lo cual significa una reunificación del partido de gran importancia.
Aunque el nuevo Gobierno, formado por democristianos, socialistas, socialdemócratas y republicanos, recuerda la misma fórmula -del pasado «centro-izquierda», los observadores afirman que existe una diferencia esencial, y es que esta vez el Gobierno no es «anticomunista», como ha dicho uno de los mayores líderes de la Democracia Cristiana, Giovanni Galloni, de la izquierda del partido.
Por ahora, los comunistas se han limitado a afirmar que juzgarán el nuevo Gobierno por el programa que presente. Lo cual podrá suceder a mitad de la semana próxima, cuando Forlani presente el nuevo Gobierno al Parlamento.
Mientras tanto, en la Democracia Cristiana, el nuevo Gobierno deja libres dos puestos claves: el presidente de los senadores, que ha sido nombrado ministro, y, sobre todo, el presidente del partido, puesto que deja libre Forlani. La lucha para este último cargo será entre Zaccagnini y Andreotti, ya que de ese puesto el salto a la presidencia de la República es casi natural.
Al nuevo Gobierno se le llama desde ayer de «igual dignidad», por el hecho de que la Democracia Cristiana tiene exactamente el mismo número de ministros (trece) que los otros tres partidos laicos (trece). Claro que una diferencia sigue existiendo, y es la que la DC sigue manteniendo los tres puestos claves: Interior, Asuntos Exteriores y el Tesoro.
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