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Brice Lalonde: "El progreso, está en imitar a las máquinas biológicas"

Brice Lalonde, miembro de los Amigos de la Tierra de Francia y candidato a la Presidencia del vecino país en las próximas elecciones, se encuentra en España participando en las sesiones del congreso anual que la Federación Internacional de Amigos de esta asociación celebra estos días en Madrid. Con diez años de experiencia en el movimiento ecologista, que le han permitido comprobar muy de cerca las transformaciones que se han operado en la sociedad francesa, como consecuencia de la acción ecologista, Lalonde recoge en su programa electoral las máximas aspiraciones de un movimiento discutido y tachado muchas veces de catastrofista.

Amante de la cocina española, a pesar de la inevitable exquisitez francesa, Brice Lalonde, una de las figuras europeas más conocidas del movimiento ecologista, aprovecha los breves descansos en las sesiones del congreso, que incluyen alguna visita campestre, para tomar el sol y respirar el aire puro que han traído sobre Madrid los últimos días de viento.Candidato a la presidencia de la República Francesa en las próximas elecciones, Brice Lalonde es perfectamente consciente de que por el momento no tiene muchas posibilidades de ocupar el palacio del Elíseo, «aun así creo que sobrepasaremos el millón de votos», comenta a propósito de las expectativas electorales. Lo cierto es que el programa político del movimiento ecologista contiene una serie de apartados notablemente diferentes a los de los partidos políticos. «Para nosotros, lo importante no es el progreso técnico, sino la realización individual. Quiero decir, obtener las cosas que denotan una cierta calidad de vida: vivir inmersos en una comunidad agradable, mantener buenas relaciones con los demás y con el entorno, preocuparse por la salud, por la alimentación, potenciar la sensualidad, la capacidad de gozar de las cosas con los cinco sentidos. Por otra parte, somos conscientes de que en un mundo como éste, de técnicos super especializados, hay que potenciar la autonomía y la independencia de cada individuo. También el tiempo libre constituye uno de los capítulos esenciales de nuestro programa, por llamarlo de alguna manera».

Inquietud por una vida más sana

Brice Lalonde considera el movimiento ecologista no sólo bajo la perspectiva de movimiento como tal, sino como un conocimiento científico, cuya entidad nadie, ni siquiera los tecnócratas, más reacios a admitirlo, pueden ignorar. «Pero es que además en estos diez años de trabajo con los Amigos de la Tierra se ha visto claramente, por lo menos en Francia, la cualidad del ecologismo de nueva cultura. Aun en los detalles más simples, como el jogging, que antes parecía algo ridículo y ahora ha sido completamente aceptado por la gente. La inquietud por una vida más sana ha ido prendiendo en la sociedad cada vez más. Yo creo que el movimiento ecologista es hoy la verdadera fuerza de cambio, como en otro tiempo lo fue el movimiento obrero. No es posible saber cuál será su alcance ni su influencia, ni si conseguiremos lo que nos proponemos, pero al menos este movimiento va a prefigurar los cambios del futuro. Porque hay que tener en cuenta que el progreso está en imitar a las máquinas biológicas».Biología, informática y energía solar serían, para Lalonde, los tres ejes del progreso. «La energía nuclear no es progresista, en el fondo está basada en un aparato del siglo pasado para hacer hervir el agua, que pierde mucho calor y en última instancia es poco rentable. Además tiene un pésimo historial».

Crítica a la energía nuclear

Las críticas a la energía nuclear, primera industria a la que se enfrentó el movimiento ecologista, se completan con la enumeración de fallos de la sociedad industrial, sistema que, para Brice Lalonde, está acabado. «Es evidente que no puede ofrecer nada para el futuro de la humanidad. La industria ni siquiera puede ya dar trabajo. Ha creado una sociedad uniforme, donde todo el mundo aprende un determinado programa desde la escuela y se habitúa a ser como los otros, a trabajar en la fábrica, consumir las mismas cosas y vivir, en suma, de la misma manera. Pero incluso en este sentido ya tampoco funciona. Por eso nosotros pensamos que es necesario desarrollar todos los mecanismos para crear una mayor autonomía laboral. No se trata de que cada uno se fabrique sus propios objetos, pero sí de que dependa menos de la sociedad de consumo». Frente a los programas de unión internacional, los ecologistas señalan la importancia del ámbito local, que se afirma cada vez más, incluso frente al nacional. «En el aspecto político», añade Brice Lalonde, «creemos cada vez menos en el voto unitario, quiero decir que no se puede votar globalmente, porque la actitud de la gente varía según los temas. Por otra parte, nuestro programa destaca especialmente la necesidad de una democracia más directa. Incluso si se trata de pagar impuestos, la gente necesita saber exactamente en qué se invierte su dinero».

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