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Concluye el vuelo espacial más largo de la Historia

Los cosmonautas soviéticos, Valentín Popoy y Valery Riumin regresaron ayer a la Tierra tras permanecer en el espacio durante 185 días, realizando as! el más largo vuelo que ha realizado el hombre en el espacio.Han batido por diez días el récord precedente, establecido en 1979 por el propio Riumin, que se ha convertido en el hombre que más tiempo ha acumulado de permanencia en el espacio: cerca de un año, exactamente 362 días.

Fue en abril de 1978, con el vuelo de 96 días en el espacio realizado por Yuri Romanenko y Georgy Grechko, cuando los soviéticos arrebataron a Estados Unidos el récord de permanencia en el cosmos, que durante cuatro años habían detentado tres cosmonautas norteamericanos, que estuvieron durante 84 días a bordo de la estación orbital Skylab.

Pero, más que los récords alcanzados, lo que cuenta a ojos de los especialistas es el hecho de que ha quedado demostrado que el hombre puede vivir y trabajar en el espacio seis meses por lo menos.

Los vuelos precedentes pusieron de manifiesto, y el que concluyó ayer lo ha demostrado, que la permanencia prolongada en el espacio no tiene efectos perniciosos para la salud. Incluso los dos cosmonautas soviéticos Popov y Riumin han engordado 3,2 kilos, el primero, y 4,1, el segundo.

Un programa de vuelo racional

Los especialistas subrayan que el buen estado de los cosmonautas es el resultado de métodos y condiciones puestos a punto, de un vuelo a otro, para luchar contra los efectos de la ingravidez y del confinamiento prolongado en una estación orbital.En primer lugar, fue impuesto a los cosmonautas citados un riguroso empleo del tiempo. Dedicaron de ocho a nueve horas al sueño, dos horas a las comidas, entre dos y tres a gimnasia. Dispusieron de, al menos, dos horas de ocio: lectura, música, cine, conversaciones no profesionales con la tierra. El descanso semanal fue obligatorio y los contactos a través de un vídeo con la familia fueron regulares.

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Para su alimentación, los cosmonautas contaron con setenta productos diferentes y recibieron frutas y legumbres frescas, gracias a los «camiones del espacio» (las naves automáticas Progreso), que en número de cuatro llegaron durante el vuelo de Popov y Riumin.

La alfombra rodante, sobre la que recorrieron hasta cinco kilómetros diarios, la bicicleta fija, los vestidos especiales que permiten una circulación sanguínea normal, la absorción de vitaminas y otros productos específicos, fueron otras de las medidas adoptadas para mantener en forma a los cosmonautas.

Los dos hombres efectuaron numerosas maniobras en el espacio, consagraron cerca de 150 horas a la observación de nuestro planeta, tomaron cerca de 4.500 fotos y sacaron 40.000 espectrogramas de incidentes físicos en la atmósfera o la superficie terrestre.

Tras este vuelo récord, los soviéticos van a consagrarse al perfeccionamiento del actual sistema Salyut- Soyuz -Progreso, para mejorar las condiciones de vida y de trabajo, y al lanzamiento de estaciones especializadas en determinadas tareas.

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