El rey preside los actos con motivo de la festividad de la patrona de la Guardia Civil

El rey Juan Carlos presidió ayer, en la Dirección General de la Guardia Civil, un acto con motivo de la festividad de la virgen del Pilar, patrona de este cuerpo. El general Aramburu, director general de la Benemérita, en un duro discurso, recordó el carácter militar de la Guardia Civil y censuró la oleada terrorista.Don Juan Carlos llegó a la sede de la Dirección General de la Guardia Civil a las once de la mañana, siendo saludado por el general Aramburu, quien le acompañó al patio de armas, donde pasó revista a una compañía del cuerpo.

Tras la celebración de una misa, el director general de la Guardia Civil pronunció un discurso ante el Rey, en el que agradeció, en nombre de los 65.000 miembros de la Benemérita distribuidos por toda España, su presencia en el acto.

«Los actos que estáis presidiendo», dijo, «son exclusivamente castrenses y, aunque es tradición militar terminarlos con un vino español, este año, como desgraciadamente los últimos, tenemos que romper la tradición. La trágica cadena de viles asesinatos de nuestros guardias, cometidos por un terrorismo desalmado y cobarde, hace que nuestros ánimos no estén propicios para ello ».

Dijo a continuación que «como militares que somos por vocación, formación y tradición, nada nos hace vacilar ante el cumplimiento del deber. Nuestro glorioso cuerpo, cuya divisa es el honor, siempre se ha distinguido junto a su más principal tarea, la humanitaria, por velar por el más exacto y puntual cumplimiento de las leyes».

Recordó que la Guardia Civil estaba siendo atacada por sectores mínimos que nada representan a España y señaló que «esa mínima antiespaña que asesina a nuestros guardias o intenta desprestigiar a la institución por medio de películas, artículos, reportajes y calumnias, no sólo no nos afecta, sino que nos hace sentirnos orgullosos de ser atacados por defender a la patria, ya que eso significa que ese enemigo nos reconoce en prirílera línea».

El general Aramburu pidió posteriormente al Rey que impusiera personalmente condecoraciones a varias personas, la mayoría miembros de la Guardia Civil o viudas de oficiales. En este sentido, el Monarca entregó a las viudas del teniente coronel Lecumberri y del comandante Velasco, jefe de los miñones de Alava, este último asesinado por ETA Militar, las medallas concedidas a título póstumo a sus maridos. También recibieron distinciones diecisiete guardias civiles, algunos de ellos heridos en acciones terroristas.

La festividad de la patrona de la Guardia Civil es también el motivo principal de numerosos actos celebrados ayer o previstos para hoy en distintos acuartelamientos de algunas capitales españolas.

En Valencia, el capitán general de la III Región Militar, teniente general Milans del Bosch, presidió un acto en el acuartelamiento de Patarix, en el que se impusieron algunas condecoraciones.

Hoy domingo, al margen de los actos oficiales, se celebra un acto paralelo en la plaza de toros de Las Ventas, de Madrid, con objeto de recabar las 500.000 firmas necesarias para presentar una proposición de ley en las Cortes que recoja el carácter militar de la Guardia Civil. El acto, convocado entre otros por el falangista García Carrés, cuenta con la actuación de varias figuras del espectáculo.