_
_
_
_
RELIGION

El sínodo considera el capitalismo y el marxismo nocivos para la familia

Los sistemas marxistas y capitalistas son nocivos para la familia, según declaró el cardenal Ratzinger, relator general del sínodo, durante su intervención del lunes por la tarde para resumir los temas abordados en las diferentes intervenciones de los obispos desde que se inauguró el sínodo. Según monseñor Ratzinger, tanto el sistema capitalista como el marxista tienen legislaciones contrarias a la familia (divorcio y aborto) e intervienen fuertemente sobre «los derechos inalienables de la familia en el aspecto de regulación de la natalidad, que llega a ser incluso coercitiva, y exclusión de la familia del campo educativo».Los análisis resumidos por monseñor Ratzinger incluyen opiniones sobre la situación social, «que ha provocado con su cambio efectos negativos sobre la familia, con el permisivismo, secularismo y presiones del mundo industrializado sobre el Tercer Mundo», y la situación económica, de la que se ha criticado la noción misma del progreso, «centrada sobre la acumulación material y sobre el criterio de la eficiencia, descuidando los valores humanos y espirituales». Sobre los derechos de la familia muchos obispos han pedido que el sínodo elabore una carta de los derechos de la familia, que incluiría también los derechos fundamentales del hombre, proclamados en la Conferencia de Helsinki.

Monseñor Ratzinger expuso que, sobre las intervenciones habidas en el sínodo acerca de la indisolubilidad del matrimonio, «los padres, sin tocar la doctrina actual, han tomado en consideración los casos de los divorciados que se han vuelto a casar, a los que les son negados los sacramentos. Algunos padres han observado que no es posible admitir a la eucaristía a los que se encuentren en esta situación mientras perdura la segunda unión».

El tema que ha provocado más intervenciones ha sido «el deber de transmitir la vida», sobre el que los padres han estimado que se registra una inversión de valores. «La mentalidad actual es contraria a la vida, a causa principalmente de la angustia ante el futuro y de la ausencia de Dios. El sínodo», dijo monseñor Ratzinger, «debe inculcar nuevamente una visión positiva de la vida. Se han recordado las presiones contra la fecundidad, principalmente por los países industrializados, y también la objetiva dificultad de muchos sacerdotes en la aplicación de la encíclica Humanae vitae. El sínodo debe indicar un camino pastoral en esta materia tan compleja».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_