_
_
_
_

Las crisis internacionales bloquean la reunión preparatoria de la CSCE

El bloqueo que sufre la reunión preparatoria de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), de Madrid, puede estar relacionado con la actitud que la Unión Soviética mantiene y puede desarrollar ante las crisis más importantes que actualmente afectan las relaciones internacionales. Esta idea, que comparten algunos delegados de los más significativos países occidentales que participan en la conferencia, fue rechazada ayer por el embajador de la URSS, Yuri Dubinin, quien declaró a EL PAIS que es «completamente falso» que su país intente ligar el proceso de la CSCE con otros problemas internacionales.

El embajador Dubinin reconoció también que, desde hace dos semanas, los debates preliminares de la conferencia giran sin éxito en torno a las propuestas de orden del día, organización y calendario presentadas por el Este -a través de Checoslovaquia y Hungría- y por el Oeste -la de España- Dubinin, añadió que, como se empezó a hacer ayer, es hora de que una y otra parte «tomen la pluma» y busquen un compromiso entre ambos textos para conseguir que la conferencia prosiga por «buen camino como es el objetivo de mi país».Lo cierto es que, tanto las delegaciones del Este como las del Oeste, coinciden en confirmar que los trabajos preparatorios de la CSCE están en punto muerto y que, una y otra parte, se encuentran atrincherados detrás de las iniciativas escritas que húngaros y checoslovacos, por un lado, y españoles, por otro, presentaron al plenario con la intención de redactar el orden del día, calendario y organización de la reunión principal de la conferencia.

De todas maneras, en el grupo occidental algunas delegaciones significativas han intercambiado opiniones sobre la situación de estos trabajos y han coincidido en subrayar su preocupación por la posibilidad de que la URSS retrase intencionadamente los debates a la espera del próximo desarrollo de las crisis internacionales, como las de Polonia, Afganistán y el conflicto irano-iraquí. Estas delegaciones resaltan la lentitud y ambigüedad con que reaccionan las delegaciones del Este sobre los trabajos de la conferencia -Checoslovaquia y Alemania Oriental se dedicaron ayer, sobre todo, a atacar a la Prensa occidental y lo difícil que resulta para el grupo occidental obtener precisiones de los países socialistas sobre el significado y alcance de sus propias propuestas. Asimismo, los occidentales empiezan a pensar seriamente que la URSS no aceptará en Madrid el reglamento de la Conferencia de Belgrado, como lo propuso España, ni siquiera una versión similar algo corregida.

La preocupación general occidental es compartida también por alguna delegación socialista, que reconoce la actitud soviética de «no tener ninguna prisa» en solucionar los problemas pendientes. Se añade, de fuente socialista, que los soviéticos no desean volver a Moscú con un reglamento similar al de Belgrado y que, aunque estén casi de acuerdo con el fondo de la propuesta hispana, quieren una fórmula distinta y lo suficientemente ambigua que permita todas las lecturas.

Asimismo, se añade que la URSS podría aceptar cuatro semanas de debate sobre el cumplimiento del Acta de Helsinki, aun que divididas entre las discusiones en sesión plenaria y las de las comisiones de trabajo, y se señala por último que los países del Este desean garantías de que en la segunda fase de la conferencia, relativa a las propuestas, no se vuelva a discutir sobre las cuestiones políticas.

Por su parte, los occidentales buscan de cuatro a cinco semanas de debate del Acta de Helsinki, garantías sobre la fecha y lugar de la próxima conferencia y el mantenimiento del derecho a intervenir políticamente en cualquier fase de la CSCE.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_