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ASTURIAS

Los socialistas culpan a la policía por su actuación contra los ciudadanos que pedían agua

El PSOE ha responsabilizado a los mandos de la Policía Nacional de los desórdenes surgidos el sábado (véase EL PAIS del domingo) con motivo de la concentración ante la plaza del ayuntamiento para protestar por las graves restricciones de agua que afectan especialmente a los barrios.

El comité regional socialista considera desproporcionada e improcedente la intervención de la Policía Nacional, «que sólo sirvió», afirma un comunicado hecho público, «para dar a la manifestación un carácter agresivo, más cuando la fuerza pública arremetió a golpes contra los ciudadanos que pedían agua».El suministro de agua fue cortado totalmente ayer desde las cuatro de la tarde hasta las seis de la mañana. La masiva salida de Oviedo durante el sábado y el domingo supuso un alivio para los depósitos, que hizo innecesaria la ampliación de las restricciones, que inevitablemente serán mayores si no llueve entre hoy y mañana.

La escasez de agua en una ciudad norteña, especialmente rica en este elemento, hay que buscarla en los retrasos acumulados por las obras del consorcio para el abastecimiento de la zona central, motivados por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por la Confederación Hidrográfica del Norte de España y por el propio desinterés de los principales municipios del centro de Asturias, que antepusieron la solución momentánea de su particular problema en detrimento de una obra colectiva de interés común para todos ellos. Por otra parte, Oviedo, con menos habitantes y una industria muy inferior, consume doscientos litros por segundo más que Gijón, debido a la existencia de impresionantes fugas en la red, por las que se pierde el 60% del suministro.

El alcalde, Luis Riera, de UCD, responsabilizó a la Dirección Provincial de la Salud de crear una alarma injustificada, al recomendar a la población el hervido de agua para uso doméstico como medida precautoria. Los servicios de dicha dirección provincial aconsejaron a los ovetenses el hervido, con posterior aireamiento, del agua que se destine a bebida, preparación de ensaladas para consumir en crudo, lavado de menaje de cocina y prácticas de higiene bucal.

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