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El Gobierno polaco intenta desactivar la huelga simbólica de mañana

En la víspera de la anunciada huelga simbólica de una hora, convocada por el sindicato polaco independiente Solidaridad, el Gobierno parece dispuesto a llegar a un nuevo acuerdo con los obreros, y ayer el viceprimer ministro, Mieczyslaw Jagielski, se trasladó a Gdansk para entrevistarse con el líder sindical, Lech Walesa.

Sin que se halla revelado el contenido de la conversación, se supone que Jagielski, que firmó los acuerdos de Gdansk, ofreció explicaciones acerca del duro discurso pronunciado en la tarde del pasado martes por su compañero en el Gobierno Kazimierz Barcikowski, quien, entre otras cosas, aseguró que las autoridades estaban cumpliendo todo lo pactado y eran los obreros quienes no parecían dispuestos a normalizar la vida laboral.Hasta el momento de cerrar esta edición, los sindicalistas de Solidaridad mantienen la convocatoria de huelga para mañana entre las 12.00 y las 13.00 horas (hora de Madrid).

Un miembro del presidium del MKZ de Gdarisk, informó a France Presse que el paro del viernes era una primera advertencia antes de convocar una huelga general, si el 20 del presente mes las autoridades no han solucionado todas las demandas solicitadas por los obreros sobre aumento salarial, acceso a los medios de información y libertad para la creación de sindicatos independientes.

La agencia oficial Pap informó, asimismo, ayer que el Gobierno había firmado un acuerdo con representantes de Solidaridad en las minas de cobre, de Legnica y Glogow, en la Baja Silesia.

Un acuerdo similar lo obtuvieron a principios de septiembre los mineros del carbón de la zona de Jastrebie. Uno de los logros obtenidos por los obreros ha sido la sustitución del sistema de cuatro equipos por el de tres, lo que supondrá, según datos oficiales, una pérdida anual de 6,5 millones de toneladas de carbón de una producción total de 90.000 millones de toneladas.

De igual manera, el Consejo de Ministros se reunió con carácter de urgencia en la noche del pasado martes, para encargar al ministro de Trabajo, Salario y Asuntos Sociales, que «adopte las medidas apropiadas para reformar el código laboral e incluir ciertas cláusulas concernientes a la reducción del tiempo y salarios para los obreros que enfermen a consecuencia del trabajo».

Pese a este tipo de medidas recientes de conciliación, el órgano del POUP Tribuna Ludu, acusó ayer a tres representantes de la disidencia, Jacek Kuron, del KOR; Andrej Czuma, del ROPCIO (pro derechos humanos), y Lezsek Moczulski, del partido de oposición Polonia Independiente de cobrar en detrimento de los intereses nacionales».

Por otra parte, la Federación Sindical Mundial (FSM), de obediencia soviética, inauguró ayer, en Moscú, su 31ª sesión, con el tema central del sindicalismo polaco. El secretario general, Ibrahim Zakaria, aseguró que «las críticas obreras de Polonia deben hacemos reflexionar sobre el problema sindical», pero denunció también «las fuerzas antisocialistas y desestabilizadoras que actúan en Polonia».

Para el próximo sábado ha sido convocada la segunda reunión del sexto pleno del comité central del POUP, en Varsovia, que, en su primiera asamblea, el pasado 5 de septiembre, decidió el relevo de Edyard Gierek y su sustitución por Stanislaw Kania. En aquella ocasión se dijo que, antes de finales de ese mes, una segunda reunión proseguiría los trabajos.

Ayer, Kania dirigió un mensaje a Leónidas Breznev en respuesta al de éste felicitándole por su nombramiento. El primer secretario del POUP reafirmó que cel partido polaco continuará dirigiendo la vía de desarrollo socialista» y creforzará su papel como guía de la sociedad bajo los principios de la ideología marxista-leninista».

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