Cossiga no presidirá el nuevo Gobierno italiano
En las próximas horas, el presidente de la República Italiana, Sandro Pertini, dará el encargo de formar Gobierno. Con seguridad se sabe tan sólo que no será Francesco Cossiga el encargado de presidirlo, y esto porque el ex presidente derrotado en el Parlamento ha anunciado oficialmente que no aceptará.Las primeras declaraciones de los líderes de los partidos mayoritarios, después de las consultas oficiales con el jefe del Estado empiezan a revelar que no será una crisis fácil y que no se excluyen, de ningún modo, nuevas elecciones anticipadas. Sería la cuarta vez consecutiva que el Parlamento italiano tiene que ser disuelto ante la imposibilidad de formar un Gobierno. El hecho de que tal posibilidad no es remota lo demuestra el que se haya consultado la Constitución para ver si es posible disolver una sola de las Cámaras, lo que permite el artículo 88.
Su sentido es sólo psicológico, para no dar a entender al país que la crisis no es tan grave, y para evitar -cosa en la que no creen los observadores- que acabe triunfando el partido de las abstenciones, que en los últimos años crece alarmantemente después de cada una de las elecciones.
La delegación democristiana (DC) ha sido muy prudente con el presidente de la República. Acusada de haber provocado la crisis ha logrado una línea unitaria entre los grupos de Benigno Zaccagnini y Giulio Andreotti. «Así no nos podrán acusar de haber sido nosotros los asesinos del Gobierno por nuestra división interna», dijo el ex vicesecretario del partido, Giovanni Galloni. La DC insiste en un Gobierno con la colaboración de las fuerzas laicas y socialistas.
El Partido Comunista italiano se limitó a decir que se sentían satisfechos de que haya caído el Gobierno Cossiga, «que tantos males ha acarreado al país».
El más duro ha sido el secretario socialista Bettino Craxi, quien estuvo, junto con su delegación, cincuenta minutos con Pertini. Una vez más, depende de los socialistas la posibilidad de poder formar un Gobierno. Craxi dijo al jefe del Estado, compañero de partido, que el PSI está dispuesto sólo a soluciones que ofrezcan serias garantías de estabilidad, porque si otro Gobierno cayera dentro de unos meses, dijo el líder socialista, «la crisis no sería ya de un partido, de una fórmula o de una política; sería una crisis de ingobernabilidad, una crisis de las instituciones».
El primer encargo de formar Gobierno será dado, como es costumbre, a un hombre de la Democracia Cristiana, el partido de mayoría relativa. Podría ser Arnaldo Forlani, presidente del partido, o Flaminio Piccoli, secretario. Si aceptaran, pues hay quien asegura que temen quemarse.
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