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La guerra entre Irán e Irak

La aviación iraní bombardea el centro nuclear de Irak

La aviación iraní bombardeó ayer por primera vez el Instituto de Investigación Nuclear de Tammuz, situado en la localidad de Achtar, a unos treinta kilómetros al este de Bagdad, pero los tres Phantom iraníes atacantes sólo alcanzaron objetivos secundarios, y no el reactor nuclear experimental del ceritro, informó la Embajada francesa en Bagdad.Los habitantes de Bagdad lograron ver, por fin, la guerra en directo. Las alarmas aéreas se habían convertido en una rutina, cuando ayer, cerca de la una de la tarde (once de la mañana en Madrid), la aviación iraní logró su primer blanco importante en la capital de Irak.

La central térinica de Daura (situada a menos de diez kilómetros del centro de Bagdad) fue alcanzada por una bomba enemiga, y la ciudad pudo ver el comienzo de un espectacular incendio que tardará aún varios días en apagarse.

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Cuatro horas después del bombardeo, cuando por fin conseguimos el permiso de las autoridades iraquíes para acercarnos a Daura, las llamas alcanzaban una altura de unos doscientos metros, y las altas temperaturas y la falta de oxígeno hacían casi imposible estar en las cercanías poco más de unos minutos. El intenso humo negro despedido en la combustión del petróleo que alimentaba la central térmica puede verse a más de diez kilómetros.

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Tensión y miedo en Bagdad por los repetidos bombardeos aéreos iraníes

Viene de primera página

El sur de Bagdad vivió ayer horas tensas. Los habitantes de la ciudad llevaban marcados en sus rostros una dura mueca de dolor y miedo. Las ambulancias y coches de bomberos recorrieron la ciudad a toda velocidad hasta primeras horas de la noche.

Es difícil conocer con exactitud el número de muertos. Tan sólo en el hospital de Ali Aryud habían fallecido once personas a las cinco y media de la tarde. En el mismo centro ingresaron 85 heridos y otros veinticinco se encontraban en estado de coma, sufriendo graves problemas respiratorios.

Cinco horas después del comienzo del incendio aún se seguían evacuando decenas de heridos de los alrededores de la factoría. Cualquier método parecía bueno para realizar la evacuación: en camilla o a hombros, en ambulancias o camiones, la defensa civil y los voluntarios trasladaban a los heridos a los hospitales.

La mayor parte de las víctimas son -aparte de los obreros que trabajaban en la central térmica y los soldados que la custodiaban- los vecinos del pequeño barrio que rodea la factoría. Aún quedaban bombas sin estallar en las cercanías y el estrépito de las voladuras provocadas por los artificieros iraquíes añadían aún más confusión al ambiente.

Frente estancado

A pesar del triunfalismo de los comunicados militares iraquíes, ayer se pudo comprobar que la defensa antiaérea de Bagdad sigue dejando mucho que desear.

En el frente, las cosas no fueron mucho mejor ayer. El Ejército iraní inició un contraataque en Qasr-el-Eshrin. En cuanto a la región petrolera del Juzestán, los iraníes siguen oponiendo una fuerte resistencia en Ahwaz, que continúa en manos de los iraníes, según relatan los viajeros procedentes de la zona.

La invitación de alto el fuego hecha por Saddam Hussein el pasado domingo se ha traducido en el terreno militar por una estabilización de los frentes. Hasta el momento, la ciudad iraní más lejana de la frontera que ha sido asediada por las fuerzas de Bagdad es la de Dezful -situada en el confín norte del Juzestán-, donde ayer tenían lugar fuertes combates.

Es difícil asegurar qué zonas enemigas están controladas por completo por los iraquíes, ya que el Estado Mayor iraní parece haber optado por una táctica de contraataques intermitentes, con los que logran disimular algo su debilidad militar.

Detenido ya el avance iraquí, la guerra parece haber entrado en una fase en la que serán pocas las novedades. A pesar de sus problemas con los repuestos, la aviación iraní seguirá dominando en el cielo y alcanzando con cierta facilidad algunos blancos de Bagdad y las ciudades petroleras del norte de Irak. Según fuentes militares occidentales, veinte Pliantom bastarían para proseguir este asedio aéreo.

El paso por Bagdad del presidente de Pakistán, general Zia Uld Haq, no ha hecho aumentar las esperanzas de un pronto arreglo diplomático de este conflicto, que tiende ya a enquistarse.

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