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El Presupuesto intentará estimular la inversión pública financiándola con más impuestos indirectos

Un objetivo de crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 2,5% para 1981, aumentos por valor global de 140.000 millones de pesetas en los impuestos indirectos (especialmente ITE, gasolina y tabacos), congelación de algunos gastos corrientes (20.000 millones en gastos militares y 70.000 era pagos a pensiones derivadas de la guerra civil), un aumento de la inversión pública del 31,1%, una tasa de inflación esperada del 13,5% y la esperanza en un menor aumento del desempleo son los aspectos más relevantes de los nuevos Presupuestos Generales del Estado para 1981 y de las pautas y objetivos de la política económica para el año próximo, anunciadas ayer por el titular de Hacienda, García Añoveros.

El presupuesto del Estado para el año 1981, presentado ayer a las Cortes y a la Prensa por el titular de Hacienda, Jaime García Añoveros, experimentará en su capítulo de gastos un aumento del 23,6% sobre el presupuesto inicial del año 1980 y un incremento algo más moderado, del 20,9%, sobre el presupuesto ajustado.Con este aumento, el Estado espera contribuir a un relanzamiento de la demanda para el año próximo, centrado especialmente en la inversión, para conseguir una tasa de crecimiento de la economía del 2,5 % en términos reales, lo que, en palabras del ministro de Hacienda, podría provocar que «el crecimiento del desempleo sea menor que en 1980».

Junto a estos objetivos de la política económica general para el año próximo, García Añoveros adelantó también las previsiones de crecimiento de los precios, que se cifran en un 13,5% en términos de índice de precios de consumo (IPC) para el año próximo. Alrededor de un punto porcentual de esta tasa de aumento de los precios estaría motivada por el aumento de la presión fiscal indirecta, que va a gravar especialmente la gasolina y el tabaco, particularmente este último, para el que se prevén aumentos considerables en términos relativos del orden del 40% al 50%.

Reconstituir el ahorro público

Según el ministro de Hacienda, el presupuesto del año próximo se ha confeccionado -o, al menos, retocado- de acuerdo con los esquemas de la nueva estrategia económica del Gobierno, anunciada por Suárez en su discurso con motivo de la cuestión de confianza. En sintonía con aquellos propósitos, el proyecto de ley de presupuestos, que las Cortes deberán debatir a lo largo de las próximas semanas, se propone como objetivo básico «reconstituir el ahorro público», mediante un freno al crecimiento de los gastos corrientes.

El crecimiento de los gastos corrientes no se va a frenar, de todas formas, en 1981.

En términos relativos, el crecimiento de los gastos de carácter corriente, que representa el 74,5% del presupuesto del año próximo, será del 21,1%.

Por el contrario, las operaciones de capital (inversión real más transferencias) aumentarán en un 31,1%, absorbiendo el 23,8% del presupuesto y aumentando su cuota de participación en el conjunto de los gastos totales desde el 22,4% de este año al mencionado 23,8%.

No obstante este crecimiento de carácter relativo, que favorece a los gastos de inversión en términos proporcionales, el desequilibrio entre gasto e inversión hace que la mayor parte del aumento de los ingresos esté destinada a consumo público. Tanto los ingresos totales como los gastos aumentan, respecto al año anterior, en 538.744 millones de pesetas sólo en el Presupuesto del Estado. De este aumento, la parte del león se la lleva el gasto corriente, que absorberá el 68571 del aumento total, es decir, 366.272 millones de pesetas, mientras las operaciones de inversión absorben solamente el 29,6% del aumento total de los gastos, es decir, se incrementan las inversiones en 159.541 millones de pesetas.

Dicho de otra forma, dado el desequilibrio que arrastra el presupuesto entre gastos corrientes y de inversión, los primeros aumentan más en términos absolutos (más del doble que los gastos de inversión), mientras éstos aumentan más en términos relativos.

El esfuerzo por reducir los gastos corrientes se ha centrado, según manifestó García Añoveros, en dos recortes básicos: los gastos de defensa se comprimen en unos 19.000 millones de pesetas, y los pagos de pensiones derivadas de la guerra civil se atrasan mediante una disposición que hoy se publicara en el Boletín Oficial del Estado, lo que producirá una merma en los gastos de unos 70.000 millones de pesetas. Con estas dos operaciones, la tasa de crecimiento de los gastos corrientes se rebaja desde un 30%, que hubiera resultado de no excluir estos dos apartados, al 21,1% que resulta finalmente en el proyecto.

La novedad más importante del presupuesto para el año próximo radica probablemente en el aumento de los ingresos por la vía de un aumento de la tributación indirecta, de la que se van a obtener unos 140.000 millones de pesetas adicionales. Es decir, los aumentos de 160.000 millones de pesetas en los gastos de inversión saldrán fundamentalmente de nuevos impuestos indirectos, en una cuantía que se estima en unos 140.000 millones de pesetas, de los cuales 40.000 millones procederán de retoques a los precios petroleros (sin especificar fecha), de tipos extra en el impuesto del tráfico de empresas (unos 50.000 millones de pesetas más), de aumento en los ingresos del tabaco (unos 3 1.000 millones), de incrementos en las tasas y tributos parafiscales (10.000 millones) y de la reforma de la tasa del juego (8.000 millones más) que se publica hoy en el Boletín Oficial del Estado.

Con estas medidas, la presión fiscal experimentará un ligero avance del 0,54%, inferior al 1,16% del año en curso, situando a finales del año próximo la presión fiscal, en relación con el producto interior bruto, en un 13,52%.

Más déficit

El déficit global del sector público ascenderá a 435.600 millones de pesetas (el 2,85% del PIB), sin contar con los 115.000 millones de pesetas previstos como anticipos del Tesoro al crédito oficial. La financiación del déficit presupuestario se realizará por las tres vías clásicas de apelación al Banco de España (245.600 millones de pesetas), emisiones de deuda pública (120.000 millones de pesetas) y recursos a la financiación exterior por un importe total de unos 70.000 millones de pesetas (es decir, unos mil millones de dólares).

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