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Walesa amenaza con nuevas huelgas si se obstaculiza el sindicalismo libre polaco

El líder sindical polaco Lech Walesa amenazó a las autoridades de su país con nuevas huelgas si aquéllas ponían obstáculos al cumplimiento de los pactos firmados en Gdansk, Szczecin y otras ciudades del país.

En un mitin ante 5.000 obreros de la factoría de tractores de Ursus, en las cercanías de Varsovia, en la noche del pasado miércoles, Walesa afirmó que «aún hay fuerzas que podrían ponernos trabas, pero no permitiremos que paralicen nuestros esfuerzos».De todas formas, el líder sindical se declaró contrario a las huelgas salvajes y apeló a que los trabajadores concierten su lucha con el comité de coordinación de los sindicatos libres establecidos en Gdansk. En una entrevista anterior al mitin con el viceprimer ministro, Mieczyslaw Jagielski, Walesa reivindicó mayor información en los me dios oficiales sobre las actividades de los nuevos sindicatos, conforme se estipula en los acuerdos de Gdarisk.

Asimismo, ayer tuvo lugar en Varsovia una reunión impensable hace pocos meses. Sindicalis, tas autónomos de todo et lais, con Walesa al frente, se reunieron con los viceprimeros ministros del Gobierno polaco, negociadores en Gdansk, Szczecin y Silesia, respectivamente, Jagieiski, Kazimierz Barcikowski y Alexander Kopec, así como del también viceprimer ministro y uno de los«hombres fuertes» del momento. Tadeuzs Grabsk'Los. miembros del Sindicato Solidaridad se quejaron de las presiones que el sindicalismo oficia.l (CRZZ) ejerce sobre los obreros que desean inscribirse en las nuevas organizaciones Y las dificultades de los prefectos de las voivodias (provincias) y directores de empresa para la formación de sindicatos libres.Por su parte, Barcikowski s"! refirió a ciertas dificultades lógicas «por el aspecto nuevo» en la vida nacional de Solidaridad, y Kopec trazó un panorama económico nacional desolador.El representante del Sindicato Libre de Agricultores, Zdzislaw Ostatek, comentó con dureza que el campo debía ser «administrado» por los campesinos; «el nombre del sistema, socialista u otro», añadió, «importa poco. Lo importante es que la gente tenga que comer y sea feliz».En su intervención, el viceministro Alexan der Kopec fue taxativo; ninguno de los planes previstos para este año se ha cumplido y la economía rinde tan sólo al 85 % de su capacidad. « Los planes de producción», dijo Kopec, «no se han realizado en ninguna parte». Y dejó entender que las «pérdidíis» fueron consecuencia de las huelgas que comenzaron en julio pasado, a lo que le contestó un sindicalista que «las huelgas no se hacen por nada: la razón profunda reside en la mala gestión de la economía».Por su parte. la Unión Soviética no oculta su disgusto por la constitución en Polonia de un sindicalismo pluralista. Ayer, el diario Pravda, citando a Lenin, afirmó que «los sindicatos son una escuela de comunismo» y que el sindicalismo libre en un país socialista es «una maniñesta provocac 1 ón burguesa y una absoluta falta de reflexión».También, después de diez años, las relaciones entre el Estado polaco y la Iglesia católica han entrado en fase de normalización con la constitución ayer de una comisión mixta de tres representantes por cada parte, que intentarán la plena normalización. Una segunda reunión fue fijada para mediados,de noviembre próximo.

El nombre de Walesa, por otra parte, ha entrado en la campaña electoral norteamericana. Stanislaw, padre del líder polaco, emigrante en Estados Unidos, fue recibido ayer por el presidente Jimmy Carter, unas semanas después de aparecer junto al candidato republicano Ronald Reagan en un mitin electoral en Nueva Jersey.

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