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Acusaciones contra el decano de Bellas Artes de Sevilla

Un numeroso grupo de estudiantes de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla ha firmado un escrito dirigido al rector denunciando la actuación del decano de dicho centro, Juan Cordero, «caracterizada por un continuo abuso de autoridad y de poder, a la vez que por una permanente ineficacia en la resolución de la problemática, tanto administrativa como de calidad de enseñanza, que nos afecta».Además de recordar que el decano fue impuesto en su momento por Hernández Díaz, los alumnos acusan a Cordero de aplicar el suspenso represivo de forma exhaustiva, obstaculizar todos los intentos de actividades culturales promovidas por los estudiantes, no ofrecer información alguna sobre la gestión y administración de la facultad, y haber expulsado a los profesores Manuel Alvarez y Antonio Agudo por su colaboración con el alumnado en el replanteamiento del plan de estudios en vigor.

El origen inmediato de la protesta estudiantil hay que buscarlo, sin embargo, en la decisión del decano de privar de una de sus asignaturas al catedrático Miguel Pérez Aguilera, con más de treinta años de docencia y un innegable prestigio, y sustituir al profesor Luis Guembe, de Historia y Teoría del Arte, que «ha significado un respiro de aire fresco en conexión con los conocimientos contemporáneos y ha aportado un rigor científico y pedagógico de que tan necesitados están nuestros estudios».

El escrito termina solicitando al rector que el tema sea debatido en la junta de gobierno de la universidad y rogándole que las firmas de los estudiantes no lleguen a poder del decano a fin de evitar posibles represalias.

Hay que señalar que el propio Juan Sureda, catedrático de Teoría e Historia del Arte, a la que está adscrito Luis Guembe, ha elaborado un informe dirigido al rector, y al que ha tenido acceso EL PAIS, en el que se acusa al decano de haber rechazado el plan docente preparado por este departamento para el curso 1980-1981, sin mediar ningún tipo de reunión o consulta con el interesado, ni ser convocada la junta de facultad.

Sureda considera esta actuación de Juan Cordero «una demostración de autoritarismo arbitrario e irresponsable que contraviene cualquier tipo de ética universitaria y que entra en conflicto con los estatutos de la Universidad de Sevilla».

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