Campamentos juveniles
Durante los días 1 al 15 de agosto he permanecido instalado, junto a otra serie de compañeros, en el campamento Mariano de Haro, de Sierra Espuña, que está situado en el término de Alhama de Murcia, y he podido comprobar el estado tan lamentable en que se encuentra, que consigue hacerlo prácticamente inhabitable. Entre otras, las causas que motivan su mal estado son suministro irregular de comidas y de agua; carencia de comunicación; suciedad en tiendas de campaña, comedor, aseos o, mejor dicho, «pocilgas», y piscina, a la cual le han cambiado tan sólo una vez el agua durante todo el período de tiempo que hemos permanecido en dicho campamento. Igualmente lamentable es el estado en que se encuentran los campos de deporte o, mejor dicho, lo que ellos llaman campos de deporte, ya que más bien parecen eras llenas de piedras.¿Por qué se preocupa tan poco la Dirección General de la Juventud, y más concretamente el Instituto de la Juventud, de los campamentos? Y añadiría que no sólo de los campamentos, sino de todo tipo de albergues juveniles, residencias, etcétera, por lo cual no comprendo cómo el Instituto de la Juventud, que dice ser un organismo público (aunque creo que eso sólo queda en palabras, pues más bien parece una sociedad anónima) y que, como todos sabemos, está destinado a prestar servicios a los jóvenes, se preocupa sólo de las amortizaciones que hacen las organizaciones que los usan, en vez de preocuparse «por lo mínimo» para que éstos se encuenfren en unas condiciones mínimas de convivencia social.
Pues lo que está claro es que en el año en curso existe un superávit de más de doscientos millones entre la cantidad que ingresa respecto a la que gasta. Por dicho motivo creo que es una obligación de todos los jóvenes exigir el que todos estos lugares frecuentados por nosotros' sean mucho más atendidos, y, por otro lado, un deber de este organismo público y autónomo el que estas exigencias sean realidades. / Secretario de organización de las Juventudes Socialistas de .
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