Cuidar el Retiro
Soy una persona enamorada de ese vital pulmón de Madrid, el Retiro.Además de ser un maravilloso foco depurador del aire, cada vez más irrespirable, veo con alegría cómo proliferan espontáneos grupos de teatro, músicos y guiñol, gracias a los cuales se puede uno divertir de manera sana y tener algo de sosiego en este Madrid de aglomeraciones para todo.
Sin embargo, veo con enorme tristeza cómo se expanden sin tregua, por césped, estanques y caminos. todo tipo de bolsas de plástico de patatas, de pipas, de gusanitos, vasos de helado, etcétera. A esto hay que añadir la plaga de botes de cerveza y refrescos -el otro día conté quince en una parte del Palacio de Cristal- En fin, un asco.
Dejando a un lado lo de la autoridad competente, pregunto: ¿no sería posible que haya más padres que enseñen a sus hijos a respetar el escaso patrimonio verde que tenemos? Y vuelvo: ¿sería mucho pensar que, si seguimos emporcando los estanques, no habrá peces ni patos a los que echarles comida?/
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