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La Junta Militar turca juró ayer su cargo

El general Kenan Evren juró ayer su cargo como nuevo jefe del Estado de la República de Turquía, mientras por todo el país se intensificaban las detenciones de sospechosos de actividades terroristas y la Junta Militar dictaba un decreto por el que los detenidos podrán pasar hasta un mes en arresto preventivo, antes de pasar a disposición judicial.

Una breve y solemne ceremonia celebrada en una sala del edificio de la disuelta Asamblea Nacional (Parlamento) sirvió para que los altos mandos militares, que tomaron el poder hace una semana en un golpe de Estado incruento, juraran sus nuevos puestos como miembros del Consejo Nacional de Seguridad, órgano en el que se concentran los poderes legislativo y ejecutivo del Estado turco.Evren, vestido con uniforme de gala, juró el primero su cargo como jefe del Estado y prometió resolver los problemas que afectan a Turquía, de acuerdo con los principios de Ataturk (creador de la Turquía moderna), así como hacer posible un país basado en el imperio democrático de la ley y en los derechos humanos. Después de él juraron los otros cuatro miembros del Consejo de Seguridad Nacional, es decir, los jefes militares del Ejército de Tierra, Ersin; el de Marina, almirante Tumer; el de Aviación, general Rahinkaya, y el de la Gendarmería Nacional, Celasún. El sexto miembro de la junta, que aparentemente era el general jefe de las tropas del Egeo, no juró su cargo, lo que parece atribuirle un papel secundario, como secretario de la Junta Militar, pero no como miembro de pleno derecho de la misma.

Al compás de Beethoven

A los compases de la quinta sinfonía de Beethoven, interpretada por la banda del Ejército, varios centenares de jefes militares y un número algo menor de personalidades civiles acudieron acto seguido a felicitar a los cinco generales, que apenas acabada la sorprendente ceremonia se reunieron a puerta cerrada para nombrar el Gobierno provisional, cuya composición se anunciará hoy, viernes.La mención a los derechos humanos y a la democracia en el texto del juramento de la Junta Militar confirma las impresiones de que los nuevos dirigentes turcos cuidan especialmente su imagen, sus relaciones públicas ante Occidente y quieren evitar cualquier comparación con las dictaduras de corte latino-americano. El detalle de la quinta sinfonía atronando en el salón de la ceremonia y marcando el paso de los subsecretarios, rectores de universidad y otros altos funcionarios civiles que acudieron a la ceremonia, así como el de los jefes militares, fue lo que más sorprendió a la Prensa internacional. Alguno de los enviados especiales, que no podía dar crédito a sus oídos, comentaba que quizá se había elegido esta música para subrayar el carácter europeo y occidental de Turquía.

Aunque la vida cotidiana transcurre normalmente, los signos externos del golpe militar del pasado viernes se han reducido a un toque de queda de cinco horas y a la presencia de soldados fuertemente armados en las calles, en número similar al que había hace algunos meses. Las detenciones de sospechosos parecen ser mucho más numerosas y la violencia política ha disminuido considerablemente.

Sólo cuatro o cinco personas han muerto de forma violenta por motivos políticos en la última semana, mientras que la media era de quince o veinte muertos diarios en los últimos meses. El régimen militar continúa efectuando detenciones, pero no da información de ellas.

Según fuentes dignas de crédito, el número de detenidos superaría ya el millar de personas, muchas de ellas habrían sido capturadas con armas. Un capitán del Ejército muerto en Adana y un oficial de policía en Estambul son, que se sepa, las únicas víctimas del terrorismo desde el golpe militar, mientras que dos o tres supuestos terroristas murieron ayer en un enfrentamiento con la policía.

Editorial en página 10

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