Viajes escandalosos

Mucho se ha hablado y escrito del despliegue de medios y recomendaciones que Renfe ha llevado a cabo para que, con toda seguridad y rapidez, viajase de Galicia a Madrid Amparo Illana, señora de Suárez.Me da la impresión de que la señora de Suárez ni el propio presidente del Gobierno solicitaría estas superatenciones, y que más bien serían pensadas, programadas y recomendadas por esos personajes y personajillos cuidadores del detalle.

No encuentro motivo justificado para escandalizarse ni para que tanto se haya censurado este viaje; pues, dejando aparte simpatías e ideologías, habrá que tener en cuenta que se ha hecho uso del medio más popular y económico por la que hoy es, quiérase o no, la segunda dama española, después de la reina Sofía.

Otro viaje, y a mi criterio escandaloso, fue el realizado meses atrás por nuestro inamovible presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, quien, hallándose reunido en Zurich con otros jerarcas del fútbol mundial, contrató para él solo un avión a reacción para poder llegar a tiempo al encuentro que nuestros jóvenes seleccionados sub-23 disputaban en Alicante.

Este sí que fue un viaje de despilfarro por todo lo alto y con delito suficiente para que Porta hubiera sido requerido para dar explicaciones al pueblo llano.

Quitemos el árbol que nos impide ver el bosque y, aunque las comparaciones ya de por sí son odiosas, no puedo por menos que -en esta ocasión- comparar los medios, los personajes y sus despilfarros, pues si Porta vino en reactor, para la familia del presidente de la nación tendría que inventarse un nuevo y sofisticado medio de viajar./