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Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa

España y Austria presentaron propuestas verbales sobre el procedimiento de la CSCE

España y Austria han presentado una propuesta verbal para el orden del día de la reunión principal de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), de Madrid, en el curso de las discusiones de la reunión preparatoria que se reanudaron ayer en el madrileño Palacio de Exposiciones y Congresos. Ambos países se muestran partidarios de que la reunión principal tenga nivel de ministros de Asuntos Exteriores, que en ella se acuerde la fecha y lugar de la continuidad de la Conferencia de Madrid y que, en todo su desarrollo, los países participantes puedan aludir al cumplimiento del Acta Final de Helsinki.Estos tres puntos constituyen por el momento el centro de un sutil debate entre los representantes del este y el oeste europeo, aunque con matices en uno y en otro campos. En definitiva, España y Austria desean que se aplique a la reunión principal de Madrid el procedimiento seguido en Belgrado, que la URSS y alguno de sus aliados considera negativo para sus intereses. Es por ello que el representante de la URSS, Yuxi Dubinin, aún no ha tomado oficialmente la palabra para pronunciarse sobre este tema de trabajo o Libro Amarillo de Belgrado, aunque, en los últimos días, rusos y norteamericanos han evacuado consultas bilaterales -ayer se celebró una tercera reunión- con vistas a un posible compromiso.

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Los países socialistas quieren obtener en Madrid una conferencia europea de desarme

La URSS no desea que en la reunión de Madrid tenga que fijarse fecha y lugar de la continuación de la conferencia, al menos hasta ver qué pasa con las discusiones políticas y con su propuesta de conferencia de desarme europeo. Asimismo parece ser que la Unión Soviética quiere delimitar estrictamente en el tiempo el llamado análisis del Acta Final de Helsinki, en el que se espera que las cuestiones de Afganistán y derechos humanos tengan el máximo protagonismo. La URSS querría reducir este debate a unas tres semanas -según fuentes europeas occidentales- y que se garantizase que una vez concluido este período estos temas no volvieran a la palestra y la conferencia se dedicara sólo a las conclusiones y propuestas.

Por su parte, los occidentales consideran el tema del compromiso de la continuidad de la conferencia como punto central, e ineludible la posibilidad de que los delegados puedan comentar en cualquier momento el tema político que se les ocurra, sobre todo a la vista del posible desarrollo de los acontecimientos internacionales; es decir, que no haya barreras insalvables entre la parte de debate político y las propuestas. Estas son en la actualidad las posiciones de partida sobre las que se espera la clarificación de la URSS y de los países del Este, aunque alguno de ellos, como Rumania -nación que aspira a organizar la conferencia de desarme europeo- se ha declarado ya de acuerdo con que en las próximas semanas o meses se acuerde la fecha y lugar de la continuidad de la CSCE de Madrid.

La línea de la distensión

El jefe de la delegación española en la conferencia, el embajador Javier Rupérez, presentó ayer en el palacio de Santa Cruz un nuevo libro sobre el desarrollo de la CSCE, titulado La línea de la distensión, que fue escrito por el diplomático español Jorge Fuentes.Rupérez, después de recordar que Jorge Fuentes ha sido el único funcionario español que ha seguido de cerca los trabajos de la Conferencia de Helsinki, Belgrado, Ginebra y, ahora, Madrid, destacó la labor documental y de análisis del autor.

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