Atenas espera mejorar sus relaciones con Ankara

El golpe de Estado en Turquía ha sido contemplado sin sorpresa y, aparentemente, sin inquietud en Atenas. Una fuente gubernamental declaraba a últimas horas de la tarde que las autoridades griegas seguían con interés los acontecimientos y que el Gobierno griego esperaba que el nuevo Gabinete de Ankara prosiguiese la política de diálogo, por la que Grecia ya se había pronunciado.

En principio se tenía la impresión en ciertos medios de la capital helena que el nuevo régimen turco podría adoptar una postura más abierta de cara a la reintegración de Grecia en la rama militar de la OTAN. A este respecto se comentaba en Atenas que el Gobierno de Demirel se encontraba prisionero de las hipotecas políticas impuestas por la oposición.Una prueba para las nuevas relaciones entre ambos países seria que los comandantes que ahora rigen Turquía no decidieran postergar las conversaciones sobre espacio marítimo y aéreo en el Egeo, que el lunes, bajo el auspicio de la ONU, deberian iniciarse en Atenas.

La cuestión del reingreso de Grecia en la OTAN, organización de la que el país se retiró a raíz de la invasión de Chipre por tropas turcas en 1974, se encuentra en un callejón sin salida desde hace más de tres años por el veto permanente de Turquía.

El Gobierno griego ha declarado recientemente que unía la elaboración del nuevo estatuto de las bases americanas en Grecia a una solución satisfactoria para la vuelta del país al mando integrado atlántico.

La agencia yugoslava Tanjug atribuía ayer a círculos políticos griegos la creencia de que Washington y la OTAN estarán ahora en condiciones de convencer a su aliado turco de la necesidad de que no siga vetando la vuelta de Grecia al ala militar del Pacto Atlántico, informa desde Belgrado Juan Fernández Elorriaga. Para apuntalar esa tesis, los mismos círculos atenienses señalan el puntual regreso de Washington a Atenas del embajador estadounidense en Grecia, Mac Closkey, que ya hoy podría someter al ministro griego de Exteriores, Michotakis, un proyecto de su Gobierno para relanzar las bases militares norteamericanas en Grecia.

En Yugoslavia, mientras tanto, el golpe militar es seguido con cautela. La cancilleria belgradense dejará pasar bastante tiempo antes de calificar de «asunto interno» de Turquía los recientes cambios.

Desde la intervención turca en Chipre, los yugoslavos ven con temor un deslizamiento de la crisis oriental hacia los Balcanes, temores cada vez más intensos tras el aumento de la importancia de Turquía dentro de la OTAN desde la caída del sha de Irán y el resurgimiento del conflicto greco-turco en el Egeo.