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Opinión generalizada en UCD sobre la conveniencia de presentar una moción de confianza

El ministro de la Presidencia, Rafael Arias Salgado, anunció anoche en Valladolid que el Gobierno presentará un programa al Parlamento, y que el Consejo de Ministros deliberará hoy en torno a la presentación de la moción de confianza. «El programa gubernamental», agregó, «será aplicado rigurosamente, en la confianza de encauzar la crisis económica», y se adoptarán medidas que, siendo imprescindibles, van a aportar una gran carga de impopularidad. Numerosos sectores de UCD mantienen la opinión generalizada de que el presidente del Gobierno debe someterse al voto de confianza del Congreso, que se considera muy probable

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La mayoría simple basta para ganar

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, consultará mañana con el Consejo de Ministros el planteamiento de la cuestión de confianza ante el Congreso de los Diputados para su debate el próximo martes, día 16. La decisión corresponde constitucionalmente al presidente, pero la mayoría de sus asesores se muestran favorables a la presentación, y esa. es la opinión general entre los miembros del Gobierno y del partido centrista, recogida ayer por EL PAÍS en los pasillos del Congreso.El secretario general de UCD, Rafael Calvo Ortega, fue uno de los escasos miembros del partido centrista que no quiso pronunciarse sobre el tema, alegando que era cuestión a deliberar por el Consejo de Ministros. Por su parte, el secretario general del Grupo Socialista, Gregorio Peces-Barba, puso en duda que se vaya a plantear la cuestión de confianza, con base en que, al parecer, la Minoría Catalana no es favorable a una votación que le vincule de modo tan firme al Gobierno Suárez. Miembros de la Minoría Catalana aludieron con vaguedad al interés de su grupo de que el país sea gobernable, pero no hicieron mayores precisiones. Miguel Roca mantuvo ayer una larga conversación con los comunistas Santiago Carrillo y Jordi Solé Tura, que el portavoz de la Minoría Catalana valoró como un simple cambio de impresiones.

El secretario general de Relaciones con las Cortes, Gabriel Cisneros, se mostró, por su parte, seguro sobre el planteamiento de la cuestión de confianza, entre otras razones, según dijo, por los inconvenientes que supondría la presentación de una comunicación del Gobierno al Parlamento que se somete a debate y pudiera ser objeto de mociones alternativas de los distintos grupos, que finalmente habrían de ser votadas, mientras que en la cuestión de confianza sólo se vota la propuesta gubernamental.

La abstención de CD

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La preocupación de los centristas residía ayer en si se contará el día 16 con los votos necesarios para ganar la cuestión de confianza, a la vista de las recientes declaraciones de Fraga sobre su no apoyo gratuito al Gobierno y de la actitud de Coalición Democrática en las votaciones de la ley de Arrendamientos Rústicos, absteniéndose como señal parlamentaria de aviso a UCD. Tampoco los votos favorables del PNV están todavía asegurados, si se confirma su presencia en el hemiciclo la próxima semana.

El portavoz centrista, Antonio Jiménez Blanco, declaró que si existen los votos suficientes para obtener la mayoría simple requerida para superar la cuestión de confianza, el planteamiento de ésta le parecía la solución «políticamente mejor, porque redondearía las tres pruebas parlamentarias a que puede ser sometido un Gobierno tras la superación de la investidura y de la moción de censura.

Preguntado sobre los rumores existentes en torno a una supuesta resistencia de Adolfo Suárez al procedimiento de la cuestión de confianza, que podría llevar consigo «un examen del candidato» similar al que tuvo que sufrir. Felipe González en mayo pasado con ocasión de la moción de censura, Jiménez Blanco manifestó que tanto Felipe González como Adolfo Suárez «lo hacen peor cuando leen que cuando intervienen espontáneamente ». Cuando se le recordó las dificultades que, en todo caso, parece tener Adolfo Suárez para arrancarse en los debates parlamentarios, Jiménez Blanco contestó: «Pues a lo mejor ahora se arranca».

Otras fuentes de UCD y del Gobierno recordaron que en el procedimiento previsto para la cuestión de confianza en el proyecto de reglamento del Congreso, y que será el que se aplique, en su caso, no es preciso que el presidente del Gobierno conteste personalmente a las intervenciones de los grupos, ya que se establece exactamente que corresponderán al Gobierno las intervenciones previstas en la regulación análoga del debate de investidura «para el candidato».

Roca insiste:

"No hay pacto escrito"

«No existe un pacto concreto y escrito con UCD», manifestó ayer a EL PAÍS Miguel Roca, portavoz de la Minoría Catalana en el Congreso de los Diputados. «Nosotros», agregó, «apoyaremos el programa del nuevo Gobierno y, lógicamente, las leyes que se deriven de él».

El dirigente catalán insistió en que su grupo no había pedido concesiones por su apoyo. «Lo único que nos mueve es hacer gobernable este país y mejorar su grave situación. Si el secretario general del primer partido de la oposición dice que hasta 1983 no puede haber más Gobiernos que éste, es normal que lo apoyemos al estimar necesario disminuir la contestación partidista en beneficio del interés general».

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