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Nuevos aires liberalizadores en la Prensa polaca

Toda la Prensa polaca incluido el órgano central del Partido Obrero Unificado (POUP, comunista) publicó ayer los textos íntegros de los acuerdos entre el Comité de Huelga Interempresas (MKS) y el Gobierno. La Prensa, la radio y la televisión están desconocidas. Lo que resultaba inconcebible hace diez días se ha convertido, en los últimos días, en una realidad.El símbolo más espectacular de esta metamorfosis ha sido la aparición en la pequeña pantalla del líder del MKS, Lech Walesa. Naturalmente, la huelga había terminado y se trataba de la firma de los acuerdos entre huelguistas y el Gobierno. Pero Walesa, que la mayor parte de los polacos pudieron descubrir en esta ocasión, dispuso de todo el tiempo necesario para explicar a los telespectadores que los huelguistas habían obtenido todo lo que podían obtener en la actualidad, y que en el futuro conseguirían el resto.

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Los obreros del litoral báltico consiguieron aún más: la lectura en la televisión y en la radio del texto integral de los acuerdos de Gdansk y Szcezin. Todavía más, este texto que revela la amplitud considerable de las concesiones efectuadas por las autoridades polacas fue publicado ayer, íntegro, por el órgano del partido comunista Tribuna Ludu.

En esta ocasión, los telespectadores pudieron escuchar, por primera vez, la expresión «prisionero político» colocado junto al nombre de las personas que, diez días antes, eran descritas como prisioneros de derechos común, que eran culpables, según los casos, de haber golpeado a una mujer de haber cometido un robo. En esos días los únicos detenidos que eran calificados como políticos por los presentadores de la televisión eran los antiguos colaboradores de los nazis.

Este cambio de tono comenzó a manifestarse al día siguiente de la reunión del cuarto pleno del comité central del POUP, que depuró al gran responsable de la propaganda, Jerzy Lukascewicz, y del director del comité estatal para. la radio y la televisión, Maciej Szczepanski.

Esta última «salida» parece haber sido acogida con júbilo especial en los círculos radio-televisados. Según fuentes dignas de crédito, una lista de las propiedades y los fondos que tenían Szczepanski, tanto en Polonia como en el extranjero, fue hecha pública en las últimas reuniones de las células del partido de la radio y la televisión.

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No obstante, y más allá de las cuestiones que atañen a personalidades determinadas, el nuevo tono que se impone en la Prensa traduce, ante todo, el cambio que se ha operado en los espíritus a raíz de las grandes huelgas obreras. «Ahora nadie se extraña de nada», responden los polacos interrogados sobre los cambios.

Queda por saber si la ventana abierta repentinamente por los huelguistas de Gdansk será o no cerrada. Los términos de la nueva ley sobre la censura que debe ser votada en breve responderá, en parte, a estos interrogantes.

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