Rechazo sindical a una nueva ley laboral británica

Los 1.200 delegados sindicales que asisten a la conferencia anual del Trade Union Congress (TUC), reunido en la ciudad británica de Brighton, condenaron casi unánimente la Employment Act, que restringe el poder sindical en período de huelga.

Los delegados se mostraron dispuestos a lanzar la consigna de huelga si esta ley se llegaba a aplicar contra los trabajadores, que critican la ley presentada por el ministro de Trabajo, James Prior, sobre todo en los artículos del ordenamiento que limitan a seis el número de personas que pueden constituir un piquete de huelga ante una empresa y restringen fuertemente la práctica de piquetes ante las empresas qué comercian con la sociedad en huelga.

Ante el nivel del paro (más de dos millones de desempleados durante el mes de agosto), el de la inflación (el 17%, en julio), la recesión económica, agravada por el alza de la libra esterlina, y el monetarismo del Gobierno conservador, los 1.200 delegados, que representan a más de doce millones de sindicados, van a intentar durante cinco días establecer una plataforma común de lucha contra la política económica y social de MargaretThatcher.

El petróleo y el paro

El paro cuesta anualmente a Gran Bretaña más de 7.000 millones de libras esterlinas -más de 1.260 millones de pesetas-, el equivalente de lo que este país consigue por el petróleo del mar del Norte. Esta constatación amarga constituye uno de los temas principales de reflexión de la conferencía anual del Trade Union Congress, inaugurada ayer por la mañana en la ciudad británica de Brighton, al sur de Inglaterra.La gran confederación sindical británica propondrá una política de recambio: aumento del gasto público, restricción de las importaciones y ayudas a las industrias en dificultades.

El tema fuerte de la reunión sindical ha sido la Employment Act, la legislación laboral recientemente elaborada, que amplía en parte el poder de los sindicatos y reglamenta los conflictos de trabajo, fundamentalmente la actividad de los piquetes de huelga.

Las previsiones sobre debates muy agitados en torno a la cuestión de si los sindicatos deben aceptar o no esta nueva legislación, y particularmente respecto a las prescripciones sobre la realización de votaciones ante ciertas huelgas, se han confirmado.

Otro de los puntos fuertes de la reunión girará alrededor de la visita oficial que hará a Polonia una delegación de las Trade Unions, a principios de septiembre, a invitación de los sindicatos oficiales polacos. Esta visita ha encontrado duras críticas por parte de numerosos sindicatos.

El Trade Union Congress, del cual Lionel Murray es su secretario general, representa a 109 sindicatos, que disponen de 12.172.508 adherentes de todos los sectores económicos. El movimiento sindical que financia ampliamente al Partido Laborista había sido duramente atacado por la señora Thatcher durante las últimas elecciones, que le acusaba de haberse convertido en un superpoder en el seno de la sociedad británica.