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El disidente religioso ruso Yakunin, condenado a diez años

El sacerdote ortodoxo ruso Gleb Yakunin fue condenado ayer por un tribunal de Moscú a cinco años de campo de trabajo y otros cinco de asignación forzosa de residencia, a cumplir inmediatamente después de su estancia en el campo de trabajo.La sentencia fue anunciada a la Prensa occidental, que no fue autorizada a asistir al proceso, por la esposa del disidente, Iraida, quien afirmó que su marido «no comentó el veredicto y lo acogió con toda serenidad».

Gleb Yakunin estaba acusado de «actividades antisoviéticas» como fundador del Comité de Defensa de los Creyentes. La agencia Tass, que no hizo, en días anteriores, mención alguna al proceso contra el disidente religioso Comentó ayer largamente el veredicto.

El periodista de la agencia oficial soviética, presente ante el tribunal, escribió que «los obreros, ingenieros, estudiantes y periodistas presentes en la sala acogieron con aprobación el veredicto».

Según Tass, Yakunin se reconoció culpable de haber enviado documentos a «centros antisoviéticos» occidentales y «renunció a estas actividades en el futuro».

Por su parte, Iraida Yakunin aseguró que, desde el principio, su marido se declaró inocente de todos los cargos. El periodista de Tass añadió que el tribunal recibió «pruebas irrefutables de las conexiones criminales entre Yakunin con centros subversivos en el extranjero».

Según Tass, Yakunin «se ocupaba sistemáticamente en la compra y venta de objetos de culto, antigüedades, libros y piedras preciosas». Para los amigos del sacerdote disidente estas últimas acusacines tienen como objetivo «desacreditar moralmente a Gleb Yakunin».

Como en los tres días anteriores del proceso se negó la entrada en la sala del tribunal a los periodistas occidentales, alegando la «falta de sitio», lo que le ocurrió el pasado miércoles a un diplomático británico que pretendía asistir al juicio.

Los amigos de Gleb Yakunin señalaron la difícil situación material en que se encuentra su familia. La esposa, Iraida, de 42 años, queda sola al cuidado de sus tres hijos, Macha, Sacha y Ania, de dieciocho, seis y tres años, respectivamente.

Tatiana Velikanova

Por otra parte, también ayer se inició el proceso contra la disidente Tatiana Velikanova, de 47 años, acusada de «difundir calumnias antisoviéticas», y puede ser condenada a siete años de trabajos en un campo, seguidos de otros cinco de asignación de residencia.

La acusación contra Velikanova se basa en su participación en la revista clandestina (samizdat) Crónica de los Acontecimientos Actuales, que desde hace doce años informa sobre la situación y los procesos de los disidentes.

La disidente rehusó el abogado de oficio y solicitó que sus amigos, congregados en las puertas del tribunal pudieran entrar en la sala. Como en el proceso de Yakunin, los amigos de la disidente y los periodistas occidentales no fueron autorizados a pasar, por «falta de asientos», copados por policías de paisano.

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