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La guerra de España

Hace un par de semanas decíamos aquí que hay un saldo en números rojos contra el crédito gubernamental, y parece que existen amplias coincidencias en ello, pero sospechamos que se equivocan -o han sido inducidos a error- cuantos piensan que la panacea será sustituir a Adolfo Suárez por otro hombre de UCD, o que los negocios públicos marcharían mejor dando acceso a la gobernación a políticos socialistas, comunistas, de Alianza Popular o de cualquiera otra alternancia.España necesita una política de gobierno, y la necesita ahora y siempre. Basta ya de patear un pasado, si con ello no se precaven los males que nos afligen. El país está permanentemente en guerra con sus problemas, con el paro, la inflación, la educación, la administración de la justicia, la ponderación en su defensa. Es una guerra total, no mera sucesión de batallas planteadas una tras otra. Es, en suma, cuestión de amplia estrategia, en la que no caben el error ni la demora. No es cuesdón de hombres y partidos, sino de definir, de una buena vez, qué es lo que necesita este perenne enfermo que es España para vitalizarse y caminar con mayor seguridad.

Estamos viviendo la permanente guerra de España, la que tiene que librar en todo instante. Y ya sabemos cómo terminó la discusión energética sobre los galgos y los podencos. No se olvide que Franco fue el obstáculo visible para alcanzar muchas cosas, desde la entrada en el Mercado Común hasta que ,volviera el Guernica, de Picasso. ( ...)

Los políticos, ministros, diputados, senadores, alcaldes, cualquiera que sea su nivel, están en la ineludible y urgente obligación de «por los comunes derechos, dejar los particulares», que reza la famosa décima toledana, sean de partido, de clase o de casta. Si una facción política es la más ampliamente respaldada por el pueblo, que gobierne mientras pueda y acierte. Si no, que se retire o se alíe con otras fuerzas, no para la supervivencia de intereses, sino para ayudar a que este desdichado país nuestro enderece con mayor seguridad y dignidad sus pasos por el común camino de los tiempos.

, 27 de agosto

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