El presidente sirio firmará en Moscú un pacto militar con la Unión Soviética

El presidente sirio, Hafez el Assad, se trasladará próximamente a Moscú para firmar un pacto militar entre los dos países, según se desprende de las informaciones facilitadas en Damasco esta semana, al término de una reunión del comité central del BAATH, el partido gubernamental sirlo.El citado partido preconiza el reforzamiento de los lazos militares entre ambas capitales, con el fin, según se afirma, de «obtener el mismo potencial de que dispone Israel». Recientemente, Moscú, quien dispone en Siria de varios centenares de consejeros militares, ha entregado al Ejército sirlo un número no especificado de aviones Mig 25 y Mig 27, así como de carros blindados del modelo T 72, el más moderno de los fabricados por la URSS. A pesar de ello, el BAATH considera que Siria sigue estando en desventaja con Israel en lo que concierne al poderío militar.

Fuentes diplomáticas de la capital siria señalan, por otra parte, que la reciente tensión creada entre Bagdad y Damasco, tras la expulsión de sus respectivos embajadores, podría ser aprovechada por los sirios para justificar un aumento de su poderío bélico, aludiendo al cambio de política que estaría dando Irak, en el sentido de mejorar sus lazos con el mundo occidental. No obstante, Irak mantiene un tratado de «amistad y cooperación» con la Unión Soviética, en tanto que Siria no ha firmado todavía un documento de esa naturaleza.

Los 75 miembros que integran el comité central del BAATH sirio estiman, en el comunicado final de la reunión, que el desarrollo «cualitativo» de las relaciones con Moscú responde a los intereses del mundo árabe, en su lucha contra las consecuencias del tratado de paz egipcio-israelí.

Aludiendo a la actividad de los «hermanos musulmanes», a los que se acusa de desestabilizar al régimen, a través de una ola de asesinatos, el partido gubernamental sirio afirma que estos son apoyados, política y financieramente, por algunos países del golfo Pérsico, que no se mencionan, así como por Israel y Estados Unidos. El BAATH, que dirige los destinos del régimen sirio desde 1963, condena implícitamente a los partidarios de esta secta integrista, por tratar de eliminar toda influencia marxista sobre el Islam.