Para la

poca naturaleza que tenemos en España, cada verano se ve arrasada un poco más por causa de los terribles incendios provocados que destruyen los pocos bosques que tenemos.Es evidente que, detrás de los incendios provocados, andan los intereses sobre la venta de la madera, los intereses de unos cuantos egoístas que atentan contra un paisaje que tardará mucho, muchísimos años, en recobrar su aspecto original, si es que lo recobra algún día.

Para defender un poco más a la naturaleza, he de decir que los lugares más bellos se encuentran, sucios, llenos de botes y papeles, llenos de civilización (es para reírse de pena).

Para poner un ejemplo, voy a citar la laguna de Peñalara, en Guadarrama, una preciosa zona cerca de Madrid; pues bien, entre cada una de las piedras de alrededor existe un montón de basura; también, puedo hablar de los accesos al circo de Gredos y, de ciertas zonas de los Pirineos, y muchos paisajes más. O yo soy muy exigente; o los españoles somos muy cortos de mollera.

Es urgente tomar medidas para los veranos y los años del futuro, ya que este verano toca a su fin.

Las soluciones para evitar todo esto no son tan difíciles de llevar a cabo, se pueden crear «puestos de trabajo y (que tanto se reclaman) en verano de guardas forestales o convocar jóvenes y estudiantes para lo mismo en esta época; si no es así, dentro de poco veremos España calcinada. /