Murió el dramaturgo italiano Diego Fabbri

El famoso dramaturgo italiano Diego Fabbri falleció ayer en Riccione (Italia), como consecuencia de un edema pulmonar, a los 69 años de edad.El autor de Proceso a Jesús y otras numerosas obras, que tuvieron gran éxito no sólo en Italia, sino en un gran número de países, entre ellos España, era hijo de una familia modesta de Bolonia.

Tras estudiar Derecho en la universidad de su ciudad natal, el encuentro con el profesor Vittorio di Tico, que le inició en la literatura, fue determinante para la vida de Fabbri.

A los dieciocho años de edad, Fabbri comenzó a escribir para el teatro, y no dejó de hacerlo desde entonces, a pesar de sus precarias condiciones económicas y problemas con la censura de Mussolini, hasta el final de la segunda guerra mundial.

Opuesto al régimen fascista, Fabbri no pudo presentarse a oposición alguna para cargos de enseñanza o Administración pública, y trabajó durante algunos años como agente de una compañía de seguros francesa.

Las obras de Fabbri, cada vez más caracterizadas por sus preocupaciones filosóficas y religiosas, reflejaron influencias notables, como las de Dostoievski, lbsen y Pirandello.

En 1939, Fabbri se trasladó de Bolonia a Roma, para trabajar en una casa editorial, pero el Manifiesto para un teatro del pueblo, que publicó en 1943, le causó nuevos problemas y le mantuvo alejado del teatro hasta el año 1950, en que presentó Inquisición, obra que tuvo un gran éxito.

Siguieron El seductor (1951), Proceso de familia (1953), y en 1955 Proceso a Jesús, que dio la vuelta al mundo.

En 1960 y 1961, Fabbri dirigió en Roma el Teatro della Cometa, en el que presentó obras de Dostoievsky y su Retrato de desconocido. Fabbri, siempre preocupado por la crisis moral, las angustias, las inquietudes espirituales y las hipocresías de los últimos tiempos, trabajó también para la televisión y la radio, y dirigió duranle varios años la revista Il Dramma.

En 1977 recibió el Premio Feltrinelli, el más importante de Italia, por el conjunto de su obra teatral.

El otoño pasado, cuando acababa de terminar su última obra, Al Dios desconocido, fue uno de los promotores del encuentro memorable que el papa Juan Pablo II tuvo en el Vaticano con varios actores y representantes del mundo del teatro italiano.