Estados Unidos deja en libertad a los iraníes detenidos en Nueva York
Las autoridades norteamericanas pusieron ayer en libertad a los 192 iraníes projomeinistas detenidos en Nueva York, el pasado día 27, quienes fueron trasladados al centro islámico de la ciudad norteamericana. Tras el anuncio, los sitiadores de la Embajada vaticana en Teherán se retiraron de las calles. Poco después, el imán Jomeini difundió un duro discurso invitando a los musulmanes a una «guerra santa».
Los 192 iraníes detenidos en el Estado de Nueva York, entre ellos veinte mujeres, abandonaron ayer las prisiones de Otisville y el Centro Correccional de Manhattan, para ser transferidos al centro islámico del barrio de Queens.Un grupo de norteamericanos esperaban la salida de los presos para insultarlos y el abogado de los mismos, Mark Lane, fue herido de una pedrada, a la vez que un manifestante norteamericano le preguntaba: «¿De qué lado estás tú?»
Lane declaró que los detenidos fueron en todo momento bien tratados por la policía y que, después de varios días de huelga de hambre, el estado de los iraníes no corría peligro.
Poco después de conocida la noticia, el medio centenar de iraníes que amenazaron con tomar medidas no pacíficas contra la Embajada del Vaticano en Teherán levantaron el sitio a que, desde la madrugada del martes, habían sometido a la sede diplomática.
Por otra parte, el imán Jomeini pronunció ayer un duro discurso «a favor de la liberación de Jerusalén» y solicitó a todos los musulmanes del mundo «una rebelión contra sus Gobiernos, que están dirigidos por las superpotencias »
Jomeini pidió a los musulmanes del mundo que el viernes próximo «se lancen a la calle al grito de Muera EE UU, muera Israel y muera la Unión Soviética. Esto debe ser», añadió Jomeini, «el principio de un gran movimiento que, con ayuda de Dios, nos permita acabar con todos los corruptos de la tierra islámica».
"Gobierno islámico"
En el terreno de la política interna iraní, Jomeini instó a poner fin a las rivalidades y pidió al Parlamento (Majlis) que forme un Gobierno «enteramente islámico».
Por su parte, el presidente iraní, Adbolhassan Banisadr, acusó, el pasado martes, a Francia de permitir en su territorio la existencia «de centros de entrenamiento de agitadores antiiraníes». Banisadr aseguró que «las principales acciones subversivas contra Irán se preparan desde Francia ».
El propio ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-François Poncet, salió al paso de las acusaciones y dijo que no existe en su país ningún campo de entrenamiento. Las declaraciones de Banisadr «carecen de fundamento», dijo Poncet, «nuestra legislación prohíbe este género de cosas».
Mientras tanto, el Banco Central de Irán prosigue sus intentos de recuperar la fortuna del fallecido sha Reza Palhevi, evaluada, según el director de la entidad, Reza Nobar¡, en unos 20.000 millones de dólares, depositada en diversos bancos internacionales. Las autoridades iraníes investigan en la actualidad en qué bancos occidentales están repartidas las cuentas del monarca fallecido en Egipto el mes pasado.
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