Capturado un tiburón en aguas próximas a Tenerife

La captura de un tiburón, por pescadores de la zona, en el litoral del norte de la isla de Tenerife, pocas fechas después de que un escualo de similares características atacara a un submarinista, Domingo Fuentes (véase EL PAÍS de 30-7-1980), en aguas próximas a las de la extracción del peligroso pez por las redes de un pesquero, ha sembrado el temor en las islas sobre la posible presencia de tiburones en aguas canarias, próximas a la costa.Un joven de Los Realejos (Tenerife), Domingo Fuentes, relató a EL PAÍS, cuando aún se recuperaba de los 54 puntos de sutura que dejó de huella la dentellada de un tiburón azul, el ataque del escualo en el momento en que efectuaba práctícas de pesca submarina a poca distancia de su casa, junto a varios compañeros. En aquel momento muchos de los testigos no dieron crédito a sus palabras.

Por su parte, la Comandancia Militar de Marina no descartó en aquel instante la posibilidad de la presencia de los tiburones, a pesar de no realizar de forma inmediata un rastreo en la costa de Los Realejos, por no haber sído requeridos sus servicios.

A los pocos días del accidente del submarinista Fuentes, unos pescadores que faenaban de forma rutinaria en aguas muy cercanas a donde fue atacado el joven, atraparon, con gran sorpresa, un ejemplar de tiburón de algo más de cien kilos de peso, descubriendo al arrastrarlo hasta la orilla que almacenaba en su vientre dos dedos humanos.

Para Pedro Avero, miembro de la cofradía de pescadores Gran Poder de Dios, del Puerto de la Cruz, localidad turístíca y pesquera que sirve de base al barco que capturó al tiburón, la noticia no les causó apenas sorpresa: «Nosotros hemos pescado con alguna frecuencia tiburones en las aguas. canarias. La especie más habitual en nuestras islas es de color azul y pesa algo más de cien kilos. Le damos el nombre de janequín. En la zona donde fue atacado ese joven hemos apresado con nuestras redes algunos de estos ejemplares anteriormente». En opinión de Avero, los tiburones se suelen aproximar por lo menos hasta ochenta metros de la costa, distancia máxima a que llegan sus barcos de pesca, de bajura. «Ahora pueden estar por aquí cerca porque hay barcos dedicados a la pesca del bonito, que están faenando cerca de la orilla. Como tiran mucha carnaza, esto atrae al tiburón», señaló Avero a este periódico.