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La supervivencia de Nervacero se decidirá mañana

En la Dirección General de Industrias Siderometalúrgicas Navales, del Ministerio de Industria, comenzó ayer una reunión sobre la empresa Nervacero, a la que han asistido técnicos de las centrales sindicales, de la Administración y directivos de la firma. Mañana, lunes, podría conocerse el resultado de la reunión, que, con las hipótesis actuales, no permite augurar la supervivencia de la empresa mediante la concesión por el Gobierno de un crédito extraordinario.

Esta convocatoria es el inicio de una serie de contactos de tipo técnico, acordados el jueves, día 24, en la reunión celebrada en la vicepresidencia segunda del Gobierno.A la sesión de ayer, que se prolongará durante todo el fin de semana, asistieron, por parte de la Administración, el director general de Industrias Siderometalúrgicas, Mariano Garcés, acompañado de Javier López, asesor del vicepresidente Abril Martorell. Por las centrales sindicales CC OO y UGT han acudido sus técnicos en estas materias, Navarro, Ordejuela y Kiudetlán, y por la empresa han acudido el presidente de Nervacero, Alejandro de Lorenzo; el director general, Martí, y los consejeros.

Esta comisión de técnicos tiene como objetivo evaluar las posibilidades de funcionamiento de la empresa, a partir de las condiciones aceptadas por los trabajadores, a propuesta de las dos centrales sindicales, y que incluyen en materia salarial el no incremento de sueldos este año y el aumento de un 4% el próximo, hasta situarse al nivel medio de retribuciones del sector. Igualmente, las condiciones incluyen cotas de productividad mínima.

Según fuentes de la Administración, la viabilidad de la empresa está condicionada a que se alcance una producción mínima, equivalente al 60% de la capacidad de sus instalaciones.

En todo caso, impresiones recogidas ayer por EL PAIS, al término de la primera sesión a nivel técnico, señalan «serias dificultades para la supervivencia de Nervacero, especialmente en el terreno de precios, mercado y capacidad instalada. Una vía de salvación estaría dirigida fundamentalmente al ahorro de costes, tanto externos (energía, chatarra, otras materias primas, etcétera) como internos (laborales, financieros, etcétera). Hay que resaltar que el coste de energía de Nervacero supone el 14% de sus ventas, que junto al coste de las materias primas, alcanza el 75-80%. Quedan, por tanto, 15-20% del valor añadido para retribuir trabajo y costes financieros. Por otra parte, se añade la difícil situación planteada por el exceso de oferta, que ha hecho bajar los precios siderúrgicos por debajo de los niveles fijados oficialmente.

La «siderurgia imperial», alentada en plena crisis energética por la acción concertada del anterior régimen político, ofrece ahora una capacidad instalada de Z5 a 3 millones de toneladas de redondo, mientras que el consumo interior es sólo de 700 a 800 millones de toneladas. Al nivel de exportación del año pasado -un millón de toneladas- sobra casi otro millón de capacidad instalada.

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