_
_
_
_

La secretaria de la Conferencia sobre la Mujer defiende el carácter político de las sesiones

«No puede mantenerse a la mujer fuera de la política, y una conferencia sobre la mujer es una conferencia sobre realidades políticas», dijo el jueves en Copenhague Lucille Mair, secretaria general de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer.

Estas declaraciones de Mair, jamaicana, que fue embajadora de su país en Cuba y representante en varias conferencias de las Naciones Unidas, entre ellas la del Año Internacional de la Mujer, celebrada en México en 1975, vienen a responder al debate que se está produciendo en la capital danesa entre quienes plantean los problemas del Tercer Mundo: la dominación, el apartheid y la condena del sionismo, y las representantes de países occidentales, que echan en falta el tratamiento de los temas específicos de la mujer.«Dentro de la situación de la mujer en el mundo», dice Lucille Mair, «la comisión general de la conferencia ha debatido la situación de la mujer y las relaciones económicas internacionales. Esta semana, las comisiones primera y segunda estudian la situación de la mujer que vive bajo el apartheid y la situación de la mujer palestina que vive dentro y fuera de los territorios ocupados. No es que estemos politizando esta conferencia, sino que la mujer, en 1980, aporta su voz a la solución de los problemas políticos y establecemos una tensión innecesaria cuando mentalmente ponemos resistencia a esto».

La mujer del Tercer Mundo, que ocupa la más alta posición dentro de la ONU, afirmó que el hecho de que la mujer esté debatiendo en Copenhague temas políticos da un indicio del grado de éxito que está teniendo uno de los diez objetivos originales que las mujeres establecieron para su década en 1975 en la conferencia de Ciudad de México: una mayor participación en todos los aspectos de la vida política.

Durante la semana que termina se ha debatido, entre los temas que marginan a la mujer, el de las refugiadas, con pocas oportunidades de integrarse en el nuevo ambiente al que van a parar.

Vivian Harris, funcionaria del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que se encuentra en Copenhague como representante del organismo, afirmó que «el problema más candente es la protección de las mujeres contra la violación, no solamente en aguas internacionales, donde los Gobiernos y la policía no pueden ejercitar su plena protección de la ley, sino también en áreas remotas de países de asilo y en campamentos de refugiados atestados».

Mientras que los niños son los que más rápidamente se adaptan a las formas de vida en países extraños, las mujeres, debido a su papel confinado predominantemente a la familia y a satisfacer sus necesidades, tienen las mayores dificultades en establecer nuevas comunidades, porque dedican su tiempo a cuidar de los niños y de la casa, cocinar, lavar y formar colas para las raciones alimenticias, de combustibles y de agua, por lo que tienen pocas oportunidades de recibir consejos, entrenamiento o de aprender un nuevo idioma. En definitiva, por las condiciones de aislamiento y de verse aún más dependiente de su esposo, la mujer refugiada, según Vivian Harris, experimenta un «increíble retroceso psicológico».

Rectificación

El pasado jueves publicó este periódico una fotografía, transmitida desde Copenhague (Dinamarca) por la agencia Associated Press, en la que aparecía la delegada española en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, Carmela García Moreno, acompañada de otra señora, a la que se atribula la identidad de la palestina Laila Jaled, cuando, en realidad, la persona fotografiada era Mai Sayegh, jefa de la delegación palestina en aquella conferencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_