¿Quién multa a la grúa?

El pasado 14 de julio, a la una de la tarde, me encontraba, dentro de mi automóvil, en un pequeño atasco desde la plaza de Santo Domingo a la de las Descalzas. Delante de mí iba la grúa municipal matrícula M-2904-CD, que venía de llevar a cabo uno de sus servicios, ya que, llevaba encima un coche.El conductor de la grúa debió pensar que las normas de tráfico o el Código de la Circulación están sólo para los osados ciudadanos que dejan un momento el coche en doble fila para hacer cualquier recado, porque, ni corto ni perezoso, se metió en dirección prohibida por la calle de Trujillos, quizá pensando que eso de hacer cola y bordear por la plaza de las Descalzas era una pérdida de tiempo, o porque, llevado por su celoso cumplimiento del deber, necesitaría llegar pronto a su destino para poder castigar con mayor celeridad al siguiente ciudadano. Además su maniobra aportó unos minutos más de interrupción al tráfico.

La moraleja es tan vieja como apelar al «quién controla a los controladores», o, en este caso, al quién multa a la grúa./