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Las finanzas del Ayuntamiento de Madrid, al borde de la quiebra

El Ayuntamiento de Madrid pasa por el peor momento económico de su historia, como consecuencia del retraso en la aprobación de los presupuestos ordinarios municipales para 1980 por parte del Gobierno. Mediado el mes de julio, la corporación municipal madrileña no puede disponer aún del grueso de los 37.000 millones de pesetas aprobados por el ayuntamiento a finales del mes de marzo, y se da el caso de que hay empresas contratadas por el municipio -a las que éste debe más de 3.000 millones- que no cobran desde hace seis meses ningún dinero.

El pleno municipal aprobó su presupuesto -con el voto en contra de los concejales de UCD- el 28 de marzo último. Desde pocas fechas después, las distintas partidas presupuestarias -entre ellas las correspondientes a liquidación de deudas anteriores- están en manos, para su revisión, de la Administración central, la cual no ha dado aún luz verde a aquéllas. El Ministerio de Administración Territorial retuvo durante varias semanas el presupuesto y, en la actualidad, las actas están en el Ministerio de Hacienda. Las últimas dificultades parecen estar en problemas técnicos planteados por el Banco de Crédito Local, en lo que respecta a la carga financiera del ayuntamiento.Así las cosas, la situación es tan grave que Unión Eléctrica, SA, a quien la corporación debe 68 millones de pesetas por el alumbrado público, ha insinuado que podría cortar el suministro de luz a la ciudad, lo cual, por otra parte, no es posible por tratarse de un servicio público. La empresa Construcciones y Contratas, SA (CYCSA), es acreedora del ayuntamiento por 1.316 millones; FOCSA (recogida de basuras), por 917 millones; Cemesa (grúa), por 213 millones; SYCE (semáforos), por 134. Y, así, hay un largo etcétera. En total, la deuda a estas empresas supera ampliamente los 3.000 millones de pesetas, y alguna de éstas están al borde de la quiebra.

Todo ello, sin contar la Empresa Municipal de Transportes (EMT), donde las nóminas mensuales se están pagando a base de créditos gestionados muy a última hora.

Según Joaquín Leguina, concejal de Hacienda, la situación ha llegado a ser insostenible. «El ayuntamiento está saliendo adelante en estas semanas porque el buen sentido cívico de los madrileños ha permitido recaudar una mayor cantidad de impuestos municipales en el período voluntario. Y con ese dinero se está saliendo adelante. Es inconcebible el retraso del Gobierno, y de él tendría que dar la explicación pública».

Si los presupuestos ordinarios sufren ese retraso, los de liquidación de la deuda atrasada (cerca de 10.000 millones, que este año correrán a medias entre el ayuntamiento y el Estado) corren una suerte pareja. Tampoco el presupuesto extraordinario (7.800 millones de pesetas) ha podido ser aprobado a estas alturas del año, ya que es necesaria una mayoría de dos tercios, la cual, sin los votos de los concejales ucedistas de la oposición, no es posible. Aún no se ha logrado el acuerdo final y sigue siendo duda si en el pleno del próximo día 29 UCD votará a favor. Los concejales ucedistas mantienen discrepancias en cuanto al tema transportes (del que se informa en la página anterior).

El retraso en la confección y posterior aprobación de estos presupuestos extraordinarios ha traído como consecuencia no sólo la paralización de importantes inversiones en la Delegación de Obras y Saneamiento, principalmente, sino también en urbanismo.

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