El Supremo aumenta la condena al director de una publicación erótica
La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha aumentado, a instancias del ministerio fiscal, la pena impuesta a Juan Bautista Cano Vidal, director de la publicación El furor erótico de Marta, por la Audiencia Provincial de Barcelona, como autor de una falta contra la moral, las buenas costumbres o la decencia pública. En la nueva sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Mariano Gómez de Liaño, la Sala Segunda del Tribunal Supremo ha estimado que los hechos -inserción en la citada publicación de una serie de trabajos de índole sexual, con fotografías de hombres y mujeres desnudos realizando el acto sexual y variantes del mismo- deben ser tipificados como un delito de escándalo público.La primera sentencia, por la que el procesado fue absuelto del delito de escándalo público y condenado como autor de una falta, a mil pesetas de multa, ha sido anulada, y, en su lugar, se ha dictado otra en la que el director de la publicación ha sido condenado a la pena de tres meses de arresto mayor y a 50.000 pesetas de multa, y a nueve años de inhabilitación especial.
Recordando la jurisprudencia reciente sobre el tema -sentencias del 17-4-1978, 21-5-1979 y 30-1-1980-, la Sala Segunda del Tribunal Supremo declara que «se ve en la necesidad de declarar, una vez más, que la literatura pornográfica, tanto en su forma escrita como gráfica, engendra la figura delictiva del escándalo público».
En virtud de esta doctrina, la Sala Segunda del Tribunal Supremo considera que los hechos enjuiciados deben ser subsumidos en el delito de escándalo público, «sin que se pueda en el momento actual, a pesar de reconocerse la variabilidad de formas de vida en la convivencia social, minusvalorar la intensidad ofensiva de la acción enjuiciada, pregonada por ciertos movimientos, hoy día de tipo minoritario, que pretenden exponer abierta y descaradamente versiones que atacan, de forma mayoritaria, a los sentimientos morales y pudorosos inherentes a la sociedad en la que se realizan los hechos, tratando de ser expuestos, con gran confusión entre erotismo y pornografía, como nuevas formas culturales, lo que implica el reproche socio-cultural por el gran desequilibrio que lleva consigo».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.