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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Bolivia y el triunfo de Siles Zuazo

HERNÁN SILES Zuazo parece, por los resultados provisionales de los que se dispone, el virtual presidente de Bolivia; tendrá que ser refrendado por el Congreso -elegido también el domingo-, lo cual abre todavía un período de dudas y un tiempo para las maniobras, y para que los militares irreductibles y la Falange terrorista levanten una posible muralla ante quien consideran el representante de la izquierda. En otro contexto, Hernán Siles representaría poco más que un centro reformista. Pero a la oligarquía de uno de los países más pobres del mundo les recuerda a Satanás. Y a la revolución de 1952, encabezada por.Paz Estensoro, pero de la que se ha dicho siempre que el cerebro fue Siles, que, con Paz y Lechín, formaba el triunvirato directivo del Movimiento Nacionalista Revolucionario, una extraña amalgama de rebeldes de todas clases que luego se ha ido dividiendo y clarificando. Siles ha sido ya presidente (1956-1960), además de hijo de presidente. Fue duro con los dueños del estaño y los latifundistas -todavía en su época se vendían los indios con el terreno en el que trabajaban- y apoyó a los sindicatos: probablemente fue el único presidente en la historia del mundo que mantuvo una huelga de hambre para apoyar un conflicto laboral. Aquella democracia terminó cuando Paz Estensoro sustituyó a Siles en unas elecciones, y el general Ovando le puso en la frontera, dándole a elegir una aleluya, trágica: «Al avión, o al paredón» (noviembre de 1964). Si se respetan ahora los resultados de las elecciones habrá terminado una larga noche dictatorial con el regreso a una situaciónde normalidad democrática (la presidencia de Lidia Gueiler ha sido un interregno, un compromiso, mantenido durante casi un año, en el que ha sucedido de todo, incluyendo un atentado militar contra ella). No hay que hacerse muchas ilusiones, a pesar del apoyo del Departamento de Estado a la democracia, que incluía también el apoyo al candidato conservador, Paz Estensoro. El número de votos para el general Hugo Bánzer, que fue dictador del país durante ocho años trágicos, ha sido más alto de lo que se esperaba. Bánzer propone un Gobierno militar, y los militares, que todavía no han desmentido una frase popular en La Paz («Lo que quiere el Ejército tiene que quererlo la nación»), pueden apoyarse en su abultado voto para interrumpir este proceso democrático. Paz Estensoro, inclinado muy a la derecha después de sus tiempos revolucionarios, fue aliado de Bánzer, con el que luego rompió: la posibilidad de que los dos seán llevados ahora a una nueva alianza con el apoyo militar y la benevolencia de Washington no debe excluirse. El escritor John Gunther dijo una vez (Inside South America) que Bolivia es el país donde todo es posible que pase. Los próximos días dirán si las elecciones del domingo marcan un retorno a la normalidad democrática o el comienzo de una nueva inestabilidad.

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