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Las agencias de viaje alemanas consideran a España imprescindible como destino turístico

Los dos tour operators alemanes que facturan más turistas hacia España -N-U-R y la Unión Turística Internacional (TUI)-, coinciden en valorar nuestro país como «imprescindible destino» en toda temporada de viajes. TUI canalizó en 1979 hacia España la estimable cifra de 700.000 viajeros de la RFA, y N-U-R, casi medio millón. Ambas agencias coinciden también en afirmar que hasta ahora ni un sólo cliente se ha amedrentado por las amenazas de bomba y explosiones subsiguientes en la franja costera mediterránea.

Los dos magnates del turismo alemán a España coinciden también en sus temores. Según TUI, la España continental recibirá esta temporada alrededor de un 15% menos de turistas germanos. Otras agencias menores hablan hasta de un 50%. Según ha comentado a este diario el portavoz de prensa de la Unión Turística Internacional, «no se puede renunciar a España, a pesar de todo, por dos razones: su capacidad de recepción y de infraestructura», que «son superiores incluso a las italianas».A pesar de ello, el alemán se ha vuelto remiso a emprender la ruta de la Península Ibérica. Los tour operators decían hasta hace pocas semanas que la culpa de ello debe buscarse en los precios excesivamente elevados que fijan los hoteleros españoles. Sin embargo, no parece claro que aun reduciendo las agencias a última hora, y drásticamente, los precios al consumidor (hasta un 90%, según N-U-R), todavía los operators se prometen pingües ingresos.

En abril del año pasado arreciaba la campaña de la cadena de prensa Springer contra el turismo alemán hacia España. Motivo principal: las huelgas en el sector hotelero. He aquí un titular de entonces: «Los veraneantes acusan: puro odio al extranjero» (Die Welt, 24-4-1979). Aparte tan personal interpretación de las reivindicaciones sindicales del ramo, la misma editorial no tuvo inconveniente no hace muchas semanas en recurrir a la invención de algún que otro ataque terrorista en Canarias para desanimar aún más a la deprimida concurrencia. Un año después del «odio al extranjero», los tour operators alemanes repasan sus libros de cuentas y comprueban que, a pesar de la subida del precio del combustible y de las huelgas, de Springer y de las bombas, 1979 fue un año bueno. «En contra de las pretensiones de quienes trataron de sembrar el pánico», analizaba el Círculo Alemán de Estudios Turísticos en el pasado marzo, «la temporada de 1979 fue positiva para el turismo hacia el Sur». Para las agencias, se entiende. Algo menos para los hoteleros españoles, que, por otra parte, no siempre reinvierten los pagos de los operadores alemanes en el sector y, a veces, se sienten tentados por una cuenta cifrada en cualquier banco suizo.

Al principio de la actual temporada TUI anticipó, con la experiencia de 1979 a la vista, que el turismo hacia España se encarecería en 1980 entre un 5 % y un 7 %, contando con el índice de inflación de nuestro país. Este cálculo ha resultado inoperante debido a que la disminución de la demanda ha obligado a iodos los tour operators a rebajar el precio de la oferta. TUI contaba además con que el índice de aumento fijado previamente vendría a corresponder al alza del nivel de precios generales en la RFA, incluyendo el del petróleo. A pesar de este último factor, el Commerzbank auguraba a primeros de año un incremento del volumen monetario en gasto turístico. Para este instituto de crédito, los alemanes gastarían este año en sus viajes al exterior un 10% sobre las cifras correspondientes a 1979. En números absolutos, 35.000 millones de marcos. A España, quinta en el ranking, detrás de Italia, Austria, Suiza y Francia, le corresponderían 2.328 millones. Según el pronóstico de este banco, los alemanes gastarán 3.000 millones de marcos más en el exterior que en 1979. Los augurios no corresponden exactamente a la realidad, según los operators.

El portavoz de TUI ha comentado a este diario que «es necesario crear un código de medidas sincronizadas; el Gobierno español, los sindicatos y los hoteleros deben llegar a un criterio común para permitir una base sólida de negociación. En este mismo mes de junio, el Gobierno ha puesto en marcha un nuevo programa de «ahorro de divisas» mediante estímulos en favor de las bellezas naturales de Alemania. Por otra parte, la República Democrática Alemana y Polonia encabezan la serie de países del Este europeo hacia los que el Gobierno Federal, por razones políticas, desea canalizar un buen sector de su turismo exterior.

El ministro español de Comercio y Turismo, Luis Gámir, afirmaba hace algunas semanas en Bonn que, a pesar de haber disminuido en 1979 el número de turistas alemanes a España, se incrementó el volumen de divisas ingresadas por este concepto. Sin embargo, no deja de sorprender que, siendo España un país que atrajo en 1979 una cifra de turistas ligeramente inferior a la de Italia, ésta ingresó 7.400 millones de marcos (un 22,5 % del total del gasto alemán por este concepto), mientras que España, con 2.330 millones y en quinto lugar, apenas alcanzó el 7 %.

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