Sitio para libros
El pasado día 15 se publica una crónica del escritor Francisco Umbral bajo el título de «Los editores», en la cual el señor Umbral recoge textualmente algunos párrafos de una carta que le dirigió José Vergés, de la Editorial Destino, a propósito de la recientemente finalizada Feria del Libro. Afirma el señor Vergés que a los organizadores les faltaba espacio y «adoptaron el novísimo sistema de poner a votación las casetas que debían quedarse y las que debían marcharse». Sobre este punto hay que señalar que a los organizadores -esto es, al Instituto Nacional del Libro Español- no es que les faltara espacio, sino que el Ayuntamiento de Madrid no pudo conceder el espacio solicitado, pues como exponía en las páginas de este diario el pasado día 3 el concejal responsable de los servicios de Cultura del ayuntamiento, el espacio autorizado es el máximo que se puede conceder para este tipo de celebraciones. Ignoro cuál es el criterio técnico legal para determinar ese máximo, pero, si existe, el INLE no puede si no ajustarse a él.
Por otra parte, hay un claro error de interpretación por parte del señor Vergés, al afirmar que se puso votación las firmas que debían a quedarse y las que debían marcharse, pues lo que se hizo, en realidad, fue realizar un sorteo público, ante notario, al superar el número de peticiones al de los módulos que se podrían instalar en el espacio cedido, sorteo en el que efectivamente quedó excluida la Editorial Destino, sin que existiera ninguna «bola negra».
Creo exagerada la opinión del señor Vergés de que, para la celebración de la Feria del Nacional del Libro, tengan que «enfrentarse» organismos con competencias definidas tan claras como el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Madrid, ya que lo que se hizo fue, como sugiere el señor Vergés, pedir más espacio al ayuntamiento sin que éste pudiera acceder a la petición, lo cual no tiene por qué significar ningún tipo de enfrentamiento.
Por último, puedo informarle que los magníficos fondos de la Editorial Destino no se encontraron ausentes de la feria, pues muchos de ellos se exhibieron en algunas de las casetas de las 106 firmas libreras que concurrieron y concretamente en la caseta 98 se exhibían y vendían exclusivamente fondos de dicha editorial, de lo cual este instituto es el primero en felicitarse por el servicio que significó para el público, servicio realizado precisamente a través del cauce natural de comercialización del libro, esto es, a través de la librería. / Director en funciones del INLE.
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