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Dificultades para el Gobierno portugués en la calle y en el Parlamento

Varias decenas de millares de manifestantes han exigido ayer en las principales ciudades portuguesas la dimisión del Gobierno Sa Carneiro. Las concentraciones fueron convocadas por la central sindical de mayoría comunista en Lisboa, Oporto y otras veintiocho localidades. La iniciativa sindical tiene, sobre todo, un carácter simbólico y, de demostración de fuerza frente al tono marcadamente anticomunista dado por Alianza Democrática y su candidato a la presidencia de la República al inicio de la campaña electoral.

Los comunistas pretenden también recordar al Gobierno que disponen de otros medios que el Parlamento para hacer oir los punto! de vista de la oposición.

La Asamblea de la República debe, en principio, finalizar sus sesiones el próximo viernes y el período suplementario se caracteriza por un violento enfrentamiento entre los partidos comunistas y socialistas y la coalición de Alianza Democrática. Los primeros acusan a la mayoría de violar las reglas del parlamentarismo y de poner la oposición entre paréntesis. Alianza Democrática, a su vez, acusa a los partidos de izquierda de obstruir la actividad legislativa para impedir al Gobierno el realizar su programa.

Ataques al legislativo

Después de dos sesiones marcadas por diversos incidentes de gran violencia verbal, Alianza Democrática ha optado por «aplastar la guerrilla parlamentaria». Tras imponer la duración y el orden del día de la sesión suplementaria sin respeto por las normas reglamentarias, la propia mayoría ha sido sorprendida por la decisión del Gobierno de solicitar treinta autorizaciones legislativas. El Gobierno exige del Parlamento que renuncie a sus competencias en materias tan controvertidas como la ley de defensa nacional, del servicio militar, de las nacionalidades y la fijación de las elecciones presidenciales. El grupo reformador, que forma parte de la mayoría, aplaudido por los monárquicos y algunos diputados socialdemócratas, declaró públicamente no poder dar su apoyo a una actitud que viola tan evidentemente los principios básicos del régimen parlamentario.

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