Condicionantes políticos pueden alterar los resultados de la "cumbre" económica de Venecia

La proximidad de las elecciones presidenciales o gubernamentales en cuatro países (Estados Unidos, República Federal de Alemania, Francia y Japón) de los siete asistentes puede alterar los resultados de la cumbre económica occidental que hoy comienzan en la ciudad italiana de Venecia. Condicionados por sus respectivas campañas electorales, la agenda de la cumbre económica se va a resumir en un esfuerzo conjunto para evitar la adopción de decisiones económicas que sean antipopulares.Bajo esta perspectiva, la cumbre italiana contrasta con las anteriores, en el sentido de que carece, por deseo propio de los asistentes, de un tema dominante en la esfera económica. A falta de éste, y con la energía, lucha antiinflacionista, reciclaje de los petrodólares, diálogo con el Sur, haciendo de temas comparsas, el único objetivo que persiguen los siete grandes es eliminar el factor incertidumbre del sombrío horizonte económico mundial.

Muy posiblemente, sólo la eliminación de ese convencimiento general de que la salida de la crisis será difícil y angustiosa puede ayudar a estos condicionados líderes a presentarse no sólo ante el electorado, sino también convencer a las fuerzas económicas de sus propios países de que el equilibrio y los ajustes que requieren las economías por culpa de la segunda crisis del petróleo serán posibles gracias a la coordinación y cooperación occidental.

Al descender a los temas concretos, la cumbre occidental no se espera que se aleje mucho en su comunicado final de las directrices marcadas por la OCDE.

Por eso, habrá un llamamiento concreto para que se mantengan las políticas monetarias y fiscales restrictivas, se hagan esfuerzos en favor de la capitalización que favorezcan las inversiones productivas, se refuercen las medidas que persigan reajustar los altos déficit exteriores esperados por la crisis de precios y se mantenga la lucha antiinflacionista cuando esto suponga mantener el fardo de 24 millones de parados sólo en el marco de la OCDE.

En el frente energético, aunque no se esperan llamadas urgentes para dificultar aún más un consumo de crudo, ya limitado por la Agencia Internacional de la Energía, sí habrá un consenso sobre la necesidad de desarrollar aquellas fuentes alternativas que pueden reducir el consumo del petróleo importado.

Carter se mostrará en Venecia, por motivos electorales en parte, como un firme partidario de la energía nuclear y pedirá a los europeos y japoneses que estimulen sus programas nucleares respectivos. El carbón será, por otro lado, la solución a corto plazo, y, más anecdótico que sustancial, también se hablará de la necesidad de estimular los, programas solares.

Los temas financieros serán menos importantes, aunque sí se solicitará la colaboración de los bancos privados para que ayuden a eliminar las tensiones originadas por culpa del exceso de petrodólares en manos de los productores de la OPEP.