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Irán prepara su revolución cultural

La República Islámica de Irán prepara una revolución cultural que tienda a borrar todo trazo de occidentalismo en el país. El ayatollah Jomeini dio el viernes la señal de partida de esta revisión a fondo de los valores, nombrando por decreto una comisión de siete personas, encargada de definir la «futura política cultural del país».«Las escuelas, las universidades y todos los centros docentes, administrados hasta ahora por un sistema desviacionista y colonialista, deberán ser reorganizados, con el fin de proteger a mis queridos hijos de todo mal», declaró el guía de la revolución, ayatollah Jomeini, al anunciar su decisión.

A la espera de que esta comisión defina su proyecto, nadie, ni tampoco los profesores, sabe cuándo se reabrirán las universidades, que fueron cerradas el 22 de abril, según los deseos de Jomeini, con el fin de «purificarlas». La operación costó cincuenta muertos.

Desde entonces, los integristas han lanzado diversos proyectos. El Partido de la República Islámica (que hace la ley en el Parlamento) quiere cerrar las universidades durante dos años. La Asociación de Estudiantes Islámicos desea enviar al campo a profesores y alumnos, ya que «la universidad es el centro de la corrupción». Por su parte, el ayatollah Jomeini, imán, de los rezos del viernes en Teherán, desea también cerrar la universidad con el fin de «llevarla al pueblo».

Este religioso, que habló el viernes pasado con un fusil en la mano delante de 40.000 fieles, declaró: «Todo técnico o especialista debe ser un buen musulmán. Si hay un especialista que es mejor y que no es musulmán no debemos aceptarlo, porque lo importante es el Islam, la moral... ».

La guerra santa contra la cultura occidental parece que no se va a limitar a rebautizar los centros docentes, ya que la comisión nombrada por Jomeini cuenta con una mayoría de integristas, hostiles a la moderación del presidente Abolhassan Banisadr.

Recientemente, Banisadr polemizó con una de las siete personas que componen esta comisión islamizadora, el integrista Jalaluddin Farsi. El presidente iraní mantenía que no había ninguna contradicción entre la ciencia y el Islam, ya que ambas, según él, van en la misma dirección. Por su parte, Farsi creía ver grandes contradicciones, ya que, para él, las ciencias buscan una explicación, mientras que el Islam reposa sobre la fe.

La revolución cultural islámica ha engendrado un nuevo tipo de discurso, en el que no está ausente la demagogia. Así, el presidente Banisadr declaró el viernes: el alza de los precios.

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