Un canto a la libertad
En la sección «Gente» de EL PAIS del pasado 10 de junio se me alude de forma amplia y errónea, pecando de ligereza por desconocimiento del tema.En uno de los párrafos se dice sobre mi persona: «Ahora dice que es otro hombre y que la leyenda que sobre él persiste no tiene nada que ver con su actual personalidad». No es cierto que yo haya dicho nunca que sea otro hombre, porque, evidentemente, soy el mismo de siempre, con los cambios lógicos que se dan en las personas cuando adquieren cultura y pasa el tiempo.
La delincuencia tiene unos móviles sociales que pueden ser a veces superados sin ningún tipo de traumas. Este es mi caso. No sé a qué viene hablar tanto de mi pasado delictivo, cuando está tan alejado de mi realidad actual.
Asimismo se dice que la canción cuya letra presenté al festival de Benidorm, musicada e interpretada por Jerónimo, es «insulsa, una más, que no dice nada, que su interés no es el contenido de ésta, sino la biografía del autor». Es evidente que cada crítico tiene el derecho, y la obligación, de opinar sobre lo que se produce, pero no menos cierto es también que los autores tenemos derecho a discrepar de dicha opinión. Mi poema no pretende, obviamente, descubrir las sopas de ajo, ni la cuadratura del círculo, pero tacharlo de «insulso» creo que no es lo más acertado. He intentado en él expresar lo que para mí supone, como pienso que para cualquier ser humano, alcanzar la libertad, y no sólo la penal o carcelaria, que en mi caso es prioritaria evidentemente, sino la libertad personal y de conciencia. Cuando se ha vivido entre rejas y se sigue viviendo, como es mi caso, a uno le llegan a la imaginación, y sobre todo al sentimiento, una serie de ideas y de golpes de corazón que pueden no tener una estructura poética perfecta, como seguramente será mi caso, ya que no soy ningún poeta consagrado, pero lo que no debe dudarse es que el amor y algo de desesperación que en mis poemas existen no deben tomarse a la ligera, a no ser que se pretenda ser superficial, cosa que no puedo creer que EL PAIS intente.
Cuando en el poema que musicó Jerónimo hablo de que «quisiera escapar del mundo, nadar por el mar adentro» o «que yo nunca hubiera visto el mundo entre tantas rejas», y termino diciendo «mi corazón ha escuchado esta letra tan sencilla. / La gritaba -cómo no-
Pasa a página 14
Un canto a la libertad
Viene de página 13un compañero gitano. / En el patio de la cárcel / hay charcos y no ha llovido. / Son lágrimas de los presos / que han entrado y no han salido», cuando escribo esto, digo, no creo que se pueda llamar insulso. Es intentar expresar lo que es una vida difícil, injusta. Más bien pienso que hay que contemplarlo como un canto a la libertad, que es lo que pretendo con mi poema y con otros que puedan venir. / Prisión de Alcalá de Henares.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.