Inglaterra canceló las importaciones de patatas españolas
El Gobierno británico se ha plegado a las presiones realizadas por sus agricultores y ha decretado una prohibición inmediata de las importaciones de patata española.
La tajante medida, que ha cogido por sorpresa, tanto a los medios españoles en este país como al Gobierno español, fue puesta en vigor ayer por el Ministerio de Agricultura británico pocas horas antes de que el titular del departamento visitase una feria agrícola en su distrito electoral.
La decisión británica pone en peligro inmediato el destino de 78 vagones de patatas españolas detenidas en Dunquerque, que las autoridades británicas se niegan a permitir entrar en el Reino Unido. Las patatas detenidas en Dunquerque, a las que probablemente habrá que añadir algún envío más que se encuentra de camino por Francia, superan las 2.500 toneladas, y su valor se calcula en torno a les cuarenta millones de pesetas.
El embajador español en Londres, marqués de Perinat, presentó ayer una nota verbal de protesta en el Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) en nombre del Gobierno español. La nota española pide la anulación inmediata de la medida y solicita que, en todo caso, no se anule a los vagones retenidos en Dunquerque, ya que éstos fueron enviados desde España antes de que el Gobierno británico decidiera aplicar la prohibición.
En contra de las primas concedidas por el Gobierno español
La decisión británica, que además de a España se aplica igualmente a la patata procedente de Grecia, está motivada por la prima concedida por él Gobierno español, en virtud de la cual las patatas procedentes de nuestro país resultan más baratas que las patatas inglesas. La Unión Nacional de Agricultores Británicos ha venido solicitando en repetidas ocasiones protección del Gobierno para poder hacer frente a exportaciones agrícolas primadas procedentes de otros países. En lugar de primar la patata británica, el Gobierno conservador, enemigo de toda intervención estatal, ha decidido prohibir la importación de patatas de España y Grecia.La prohibición decretada por el Gobierno británico ha sido atacada inmediatamente por la Asociación Inglesa de Importadores, quien ha advertido de las consecuencias que puede tener en el comercio entre los dos países.
Se da la circunstancia que en los intercambios anglo-españoles, España importa mucha más patata británica de la que exporta. El pasado año, Inglaterra envió 30.000 toneladas de patatas de consumo a Canarias, patatas que no pagaron derechos por tratarse de puerto franco, a lo que hay que añadir unas 25.000 toneladas de patatas de semilla. Cada kilo de patata de semilla equivale a tres de las de consumo. España, por su parte, intentaba vender este año un total de 30.000 toneladas.
La acción británica se produce a los pocos días de la petición hecha por el presidente Giscard d'Estaing de retrasar la admisión de España, Portugal y Grecia en la Europa comunitaria. Los agricultores franceses realizaron una protesta masiva el sábado pasado, arrojando camiones de patatas en calles y carreteras.
Londres ha decretado la prohibición sin consultar con la Comisión Europea en Bruselas, comisión que recibirá hoy una petición oficial por parte del Gobierno de París para prohibir la importación de patatas españolas y griegas a Francia.
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