Representación de "Rigoletto" en el ciclo de ópera de Valencia

En el ciclo de ópera que se está celebrando en Valencia bajo el patrocinio del ayuntamiento, diputación, Ministerio de Cultura y caja de ahorros se ha puesto en escena la obra de Verdi Rigoletto, con libreto de Piave, basado en la novela de Víctor Hugo Le roi s'amuse.Rigoletto está considerada por muchos como su primera obra maestra, por su audaz, ingeniosa y original representación tipológica, especialmente en lo que concierne al personaje central, que encarna al antihéroe operístico: un bufón jorobado y deforme de gran fuerza dramática; con él, Verdi trata de despertar en el espectador sentimientos de lástima hacia esta curiosa figura, ultrajada, que por amor filial recurrirá a la venganza y a la que el destino (originalmente la obra se llamó La maldición) hará que sus propias armas se vuelvan en su contra.

Con respecto a la partitura, arias aparentemente triviales dan un carácter de elegancia a las coloristas escenas de la corte, y las del duque de Mantua, entre las que se encuentra la conocida La donna é mobile, son fiel descripción de su frivolidad y amor a la vida. En la misma línea musical se encuentra el aria de Gilda Caro nome, la simple y delicada sucesión de notas da lugar a pasajes de grácil coloratura. Todo ello contrasta con la seriedad y dramatismo de las de Rigoletto y Monterone.

Franco Bordoni, que encabezaba el reparto, fue un buen Rigoletto en lo vocal, aunque quizá no supo sacar demasiado partido de la teatralidad del personaje. El tenor Santiago Gericó fue un duque más que aceptable sin una potencia de voz excesiva, su voz es equilibrada y su timbre bonito, desenvolviéndose en la escena con soltura. La soprano Adriana Anelli, que encarnaba el papel de Gilda, tiene un buen registro alto, con facilidad para el agudo, que emite con limpieza, encontrándose en el bajo más incómoda. El bajo Leónidas Bergamonti posee una buena y potente voz, así como buena presencia en escena. El resto del reparto cumplió su cometido, así como el Coro de la Opera de Barcelona, que estuvo mejor que en anteriores ocasiones. Muy deficiente la labor del director Francis Balagna y la Orquesta Municipal de Valencia. Gian Paolo Zennaro realizó muy bien la puesta en escena en unos decorados de Santicchi y Orlandi de corte clásico bien realizados.