La canción
con la que Eleuterio Sánchez ganó, el pasado domingo, el Festival de la Canción de Benidorm no se diferencia en casi nada de la multitud de melodías con la que las multinacionales del disco nos ilustran el verano. Lo original está, claro, en la biografía del compositor de la letra, que interpretó Jerónimo en el mencionado festival.Como nadie ignora en este país, Eleuterio Sánchez es un recluso de la prisión abierta de Alcalá de Henares; condenado a más de mil años de cárcel, estudia en sus horas libres la carrera de Derecho y ha escrito dos libros en los que narra sus aventuras. Ahora dice que es otro hombre y que la leyenda que sobre él persiste no tiene nada que ver con su actual personalidad, de intelectual que ensaya cualquier género para ver cuál es el que más se adecua a sus condiciones personales. Fue protagonista de una canción de Boney M y, por figurar su imagen en aquella letra romántica, recibió una compensación económica que parece que le ha inducido a mezclarse en el mundo giratorio del microsurco. La obra con la que venció en Benidorm dice lo que es cotidiano en estas melodías: el poeta quiere ser barquero para surcar las arrugas del mar, contemplar la luz de la Luna y llegar a buen puerto. Jerónimo le dio a esa letra un toque de Lucho Gatica que enterneció al telespectador que siguió el domingo parte de la finalísima (la última jornada de esta clase de certámenes solía ser llamada así por José Luis Uribarri, cuando éste las presentaba). Por cierto que Eleuterio Sánchez, que estaba presente en Benidorm, creó un buen problema para los presentadores del espectáculo. Cuando fue adjudicado el premio, Jerónimo invitó, por su cuenta y riesgo, a Eleuterio Sánchez a que subiera al escenario. Como la conexión televisiva no se había cortado, la presencia del compositor ante las cámaras creó un pequeño problema, porque no estaba prevista, seguramente, la entrevista con el autor de la canción ganadora. Así que los presentadores siguieron como si Eleuterio Sánchez no estuviera entre ellos. El autor, que no desaprovechó sus escasos segundos de cámara, se limitó a besar a la presentadora, que era Mayra Gómez Kemp, y luego se fue como había venido, sin decir palabra. Las palabras las había dicho en la canción, y si estas verdades sirven de aproximación a una crítica de lo que escuchamos, podíamos afirmar que esta vez Eleuterio Sánchez no dijo nada.
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