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Nuevas discrepancias en las negociaciones para el ingreso de España en la CEE

La aportación española al presupuesto de la Comunidad Económica Europea, qué se discutió en Bruselas como si las declaraciones de Giscard d'Estaing no se hubieran producido, se convirtió en el nuevo punto de discrepancia entre los negociadores hispano-comunitarios, según informa nuestra corresponsal en la capital de la CEE. Soledad Gallego.

En opinión del Gobierno de Madrid, la aportación debe regularse de forma que España no pague durante el período transitorio la totalidad de lo que le correspondería mientras no tenga acceso completo a los mecanismos previstos en los capítulos de política agraria, social y regional.La delegación española presentó un documento sobre recursos propios en la última sesión de trabajo, «de gran alcance negociador», según fuentes del Ministerio de Relaciones con la CEE, en el que España considera justo el principio de la progresividad en cuanto ZL la contribución al presupuesto. «Nuestra posición, según explicó en Bruselas el subsecretario del citado ministerio, Matías Rodríguez Inciarte, no tiene nada que ver con el problema presupuestario planteado por Gran Bretaña. Simplemente decimos que es necesario prever algunos mecanismos que aseguren a España, durante el período transitorio, un nivel adecuado de su propia contribución con objeto de evitar desequilibrios».

La delegación española presentó también un documento complementario sobre relaciones exteriores, en el que insiste en que la CEE tiene que tener en cuenta «los vínculos que unen a España con Latinoamérica». En este sentido, España propone que el sistema comunitario de preferencias generalizadas se amplíe en el futuro, «a fin de abarcar la estructura de las corrientes comerciales entre España y Latinoamérica. La CEE teme, sin embargo, que España pretenda seguir comprando, por ejemplo, carne en Latinoamérica a mejores precios que las del Mercado Común.

Por otra parte, continúan las reacciones en el seno de la Comunidad y de los países candidatos a las declaraciones de Giscard pidiendo el retraso en la ampliación. El Gobierno de la República Federal de Alemania ha ido más lejos y ha pedido al presidente francés «ciertas informaciones complementarias» en relación con sus declaraciones. La reacción alemana, según informa nuestro corresponsal en Bonn, se mantiene aún cautelosa ante la nueva postura francesa.

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