Portugal y Grecia confían en no verse afectadas
Las declaraciones del presidente francés acerca del aplazamiento del ingreso de tres nuevos países en la CEE deben ser entendidas como relativas al caso de España. Esta era ayer la opinión dominante de los medios políticos portugueses, con excepción de los comunistas, quienes, opuestos desde el inicio a la integración de Portugal.La clave fue dada por el presidente Eanes en la rueda de prensa con que concluyó su visita oficial de tres días a Noruega, basándose en las garantías que le fueron dadas personalmente por Giscard, con ocasión de su visita a París. Ramalho Eanes reafirmó su confianza en el interés francés por la integración europea de Portugal: «EL presidente Giscard, que es uno de los grandes políticos europeos, sabe además que los países del sur de Europa, entre los cuales está Portugal, son imprescindibles para la estabilidad efectiva, entendida en términos globales, de la Comunidad Económica Europea».
El Gobierno portugués está «estudiando las declaraciones del presidente francés», fórmula que expresa bien la preocupación suscitada en Lisboa: aunque se quiera mantener un optimismo de fachada, no es fácil reducir el discurso de Giscard a las dimensiones del oportunismo electoralista. La seriedad del asunto viene confirmada de Roma. con el anuncio de la discusión del problema de la ampliación de la CEE en la cumbre de Venecia.
El diario progubernamental A Tarde dedicaba ayer su editorial al tema, insistiendo sobre el desaire político interno que significaría para el Gobierno portugués. el aplazamiento del ingreso de Portugal en la CEE, dando satisfacción a los comunistas y a los extremistas de izquierda y de derecha, que son los únicos que se oponen formalmente a la adhesión. Y esto en un momento en que está en el poder una coalición que definió la integración europea como «la prioridad de las prioridades de su política exterior».
En Grecia, la reacción ha sido poco significativa. Las relaciones entre este país y la Comunidad conocen desde hace algún tiempo ciertas dificultades, que han llegado a momentos de tensión. El ministro griego de Asuntos Exteriores, al conocer la declaración del presidente francés, pidió explicaciones a su colega galo, con objeto de conocer el alcance que para Grecia y su situación de país en trance de incorporarse plenamente a la CEE tenían las palabras de Giscard. El Quai d'Orsay contestó señalando que las palabras de Giscard en nada afectaban a Grecia.
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